La Comisión Europea desveló ayer su esperada propuesta para reformar las ayudas de la Política Agrícola Común, más conocida como PAC, en la que se inclina por aumentar las exigencias medioambientales, para incentivar a los productores a que sean más ecológicos.
Un documento de «grandes líneas» que plantea cambios en el reparto de subsidios, pero que deja muchas incógnitas, especialmente sobre su financiación. El comisario europeo de Agricultura, Dacian Ciolos, ha querido empezar a sentar las bases, pero es consciente de que la PAC dependerá de las decisiones generales sobre el presupuesto de la UE a partir de 2014, por lo que su propuesta está aún muy abierta, especialmente en los criterios de la distribución de las ayudas.
Más verde y más justa. Bruselas apuesta por una PAC «más equilibrada, más verde y más justa» y que garantice la producción de alimentos, la lucha contra el cambio climático y el mantenimiento de las zonas rurales. Ciolos insistió en que no quiere que la PAC se «revolucione» sino que «evolucione», en un tono mucho más conciliador que otros antecesores suyos en la CE, que años atrás hablaban de mercado y de liberalización, antes de la actual crisis. No obstante, la CE alerta de la necesidad de cambiar la manera de repartir los pagos.
Ahora, las primas se otorgan por hectárea o por explotación, según unas referencias históricas. Ciolos planteó acabar con esas referencias «obsoletas» y en su lugar poner en marcha otro tipo de ayuda, más «verde» o ecológica, que será más cuantiosa si el productor o el ganadero cumple ciertas exigencias medioambientales.
La ayuda estaría compuesta, por una parte, por una prima fija uniforme para una región o un país y tendría otra parte que se concedería vinculada a que el productor o el ganadero cumpla unos «servicios» al medio ambiente (no está claro si la unidad sería la hectárea). Como ejemplo de tales requisitos ecológicos, la CE cita la conservación de pastos, la rotación de cultivos, el barbecho ecológico o la reserva de zonas para fauna y flora.
Por otra parte, la CE pretende igualar el trato a los agricultores de los antiguos y de los nuevos países de la UE, pero si a simple vista esto hace temer menos dinero para España, en la práctica no se puede saber porque los criterios finales están abiertos.
Otra idea que vuelve y que no fructificó en anteriores reformas es limitar las subvenciones que cobran los terratenientes.
Medidas de control. Aunque sin citarlo expresamente, desde la UE se vuelve a hablar de medidas de control del mercado, tras el batacazo de los precios sufrido desde que entró en vigor la última reforma de la PAC, en 2003. Como indican las Cooperativas Agroalimentarias de Castilla-La Mancha, el valor de la producción han caído un 26% desde aquel momento, situándose al nivel de hace casi 20 años.
En cuanto a los controles de calidad, desde el sector en Castilla-La Mancha se advierte de que debe venir por una doble vía: destinando fondos para modernizar y aumentar la productividad, como quieren las cooperativas, y exigiendo «lo mismo» a las exportaciones de terceros países, como insiste Asaja. La Consejería de Agricultura, preguntada por La Tribuna, ha preferido esperar a conocer mejor e l texto.