El vicepresidente primero del Gobierno regional, Fernando Lamata, ha insistido en que en materia de agua la ley actual ya señala la prioridad de la cuenca cedente sobre la receptora, por lo que incluso el Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha que incluye la caducidad del trasvase Tajo-Segura para 2015, podría «no decir lo que dice y el resultado sería el mismo». De este modo, advirtió a Murcia y Levante que «como la vamos a usar, no va a poder llegar».
Lamata indicó que el agua es estratégica para la región porque sin este bien «no vivimos» y es necesario para el desarrollo. En este sentido, «lo que les decimos a nuestros colegas del Gobierno de Murcia, y entiende cualquier persona, es que si ese agua se va a utilizar aquí» o en Madrid, hay que tener alternativas porque «la ley nos ampara». Las desaladoras pueden hacerse «en unos cuatro años», con lo que hasta 2015 se puede superar «con creces» los 350 hectómetros cúbicos que «están yendo a Murcia».
El vicepresidente primero, que recordó que para beber hay «agua suficiente», explicó que lo que establece la reforma de Estatuto de Autonomía es la previsión de que en 2015, como «vamos a necesitar toda nuestra agua, ya no se podrá trasvasar» y por eso, en este periodo han de establecerse alternativas razonables para el abastecimiento a Murcia y Levante.
Castilla-La Mancha, manifestó, ha recuperado su nivel demográfico y «queremos seguir creciendo» porque «tenemos derecho», pero hay que hacerlo ordenadamente y a través de un Plan Estratégico.
Además, el agua ha de utilizarse para la recuperación del medioambiente y singularmente, de los cauces de los ríos y las riberas, sobre todo el Tajo, que a su paso por Toledo «viene moribundo» y debe y puede recuperarse, reconoció. No obstante, dijo que aunque si falta agua para beber «eso es prioritario», insistió en que en el caso de otros usos «lo podemos discutir».
Sí que hay que tener debate, dijo, si lo que se establece es agua para necesidades industriales o agrícolas. Al respecto, si el agua es para la producción económica, ya sea de Murcia o de Levante, explicó que esto «ha de ser en todo caso, discutido con otras producciones económicas», debatir sobre el precio de ese agua, o si debe ir o no subvencionada y si debe ser de otras cuencas o no. En este sentido, tendrán también que valorar si es rentable, pero incidió en que este es ya un problema económico y «una cuestión distinta».
Lamata puso como ejemplo a la propia región y la cuenca sobreexplotada del Guadiana. Aquí, el empeño de la Junta no ha sido la «defensa numantina» de empeñarse «en decir que tenemos que seguir sacando ese agua porque sino esa agricultura se hunde», como al parecer hacen en Murcia, dijo, sino que «hemos sentado a agricultores, alcaldes, vecinos y el Gobierno de España para hacer juntos una estrategia».
REORIENTAR LOS USOS. Esta estrategia, según Lamata, pasa por que de los acuíferos sobreexplotados no se saque más de lo que se recarga, ya que «no es racional», sino por «reajustar los usos» y hacer un proceso de reestructuración. El Plan Especial del Alto Guadiana sirve para reorientar esos usos del agua, y este es «el mismo ejercicio que pedimos a Murcia que haga».
Si no quiere desalar «porque no le salen las cuentas», continuó, «que haga una reestructuración como se hará en estas 100.000 hectáreas en CLM para dejar de utilizar 200 hectómetros cúbicos al año» y en la que tradicionalmente se utiliza un volumen de agua con derechos reconocidos para los regantes, de hasta 600 hectómetros cúbicos.
Lamata incidió sobre la fecha de fin del trasvase, que se ha establecido como horizonte «prudente» ya que se podía haber dicho «mañana termina».
«Estamos en la vanguardia de las políticas sociales»
El vicepresidente primero del Gobierno regional, Fernando Lamata, ha asegurado que esta legislatura ha sido la de la consolidación de políticas sociales en Castilla-La Mancha, «donde nos hemos puesto a la vanguardia de España y Europa», y la de preparación de «todo un trabajo» de infraestructuras físicas de comunicaciones, tecnológicas e institucionales «para dar un salto adelante importante en nuestra fortaleza económica de los próximos años». Lamata reconoció que la región vive una situación económica «de confianza» que puede permitir aprovechar para desarrollar políticas sociales de vanguardia en las que «estamos por encima de la media», lo que demuestra que Castilla-La Mancha está «en movimiento, hacia adelante y avanzando».
Así, «se nota que mejora día y día» e incluso en algunos ámbitos alcanza lugares «ya de vanguardia» como en política social, sanitaria o educativa, consolidando «un trabajo bien hecho de 20 años de autonomía». Se ha conseguido «dar nuevo impulso» a áreas como las infraestructuras ya que ha sido una legislatura en la que se ha avanzado «mucho» en este campo; y ha sido además, a su juicio, «la legislatura del empleo», con la creación de unos 140.000 puestos de trabajo, siendo una de las regiones con tasa más alta de empleo.
En este sentido, el futuro de CLM, liderado por José María Barreda, afirmó el vicepresidente primero del Gobierno regional, tiene unas condiciones «muy favorables» al contar con un excelente tejido social, universitario, y dotar de estructuras financieras «muy interesantes».