El vicepresidente primero y portavoz del Gobierno de Castilla-La Mancha, Fernando Lamata, calificó ayer de «atentado medioambiental» trasvasar agua para regadío al Levante, dada la situación «crítica» por la que atraviesan los embalses de la cabecera del Tajo.
Lamata, que inauguró en Ciudad Real las IX Jornadas de Igualdad de Género organizadas por la Confederación de Asociaciones Vecinales, Consumidores y Usuarios de Castilla-La Mancha (CAVE), se manifestaba así a preguntas de los medios en relación al acuerdo del Consejo de Ministros del viernes en el que se aprobó derivar 69 hectómetros cúbicos de agua desde la cabecera del río Tajo al Levante, 31,4 de ellos para regadío.
Según el vicepresidente castellano-manchego, la situación actual de los embalses de Entrepeñas y Buendía es «crítica» y no parece justificado un trasvase para regadío, sobre todo cuando la situación de la zona de Murcia y Valencia en los actuales momentos «no es tan crítica como se pretende hacer creer», dadas las lluvias caídas en las últimas semanas .
En referencia a la situación de la cabecera del Tajo, afirma que «mandar un agua que no existe es desangrar un río y castigar su capacidad de recuperación medioambiental», informa Europa Press.
Lamata añadió que los trasvases de socorro están marcados por la Ley y en este momento no tienen justificación, recordando que antes del mantenimiento de los árboles leñosos está la recuperación del medio ambiente y la conservación de los humedales manchegos, como el Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel.
En este sentido, puntualizó que «los árboles se mueren, pero que si se muere el Tajo o se mueren Las Tablas de Daimiel, éstos ya no se podrán recuperar». Lamata resumió que las prioridades son, en primer lugar, agua para beber; en segundo lugar, agua para salvar el medio ambiente, y en última instancia, si hay excedentes suficientes que no es el caso ahora, agua para riego.
A vueltas con la «caducidad»
En todo caso, Lamata hizo hincapié en que cada día que pasa es uno más para acabar con el trasvase en el año 2015, una reivindicación remarcó Lamata, en la que Castilla-La Mancha lleva razón porque «necesitamos el agua para nuestro desarrollo y como cuenca cedente según marca la Ley tenemos prioridad para acceder a ella».