A los murcianos y valencianos probablemente no les hará mucha gracia, pero las Cortes regionales de Castilla-La Mancha les mandaron ayer un mensaje claro: tienen que usar más agua desalada y menos trasvasada. Así aparece negro sobre blanco en la resolución que ayer aprobó el Parlamento regional a instancias del PSOE. Los populares votaron en contra de esta propuesta y presentaron una alternativa que se quedó sin el apoyo de la mayoría.
El portavoz de los socialistas, José Molina, dijo que con su iniciativa quieren frenar a los gobiernos de Levante que amenazaron con trabajar «codo con codo para que Castilla-La Mancha no disponga de caudal ecológico». El portavoz del PSOE les dijo que su respuesta pasa por «exigirles que en Murcia y Valencia cumplan su obligación, y se apliquen en las obras que les permita cimentar su desarrollo con recursos propios».
Las cuentas de Pingarrón.
El consejero de Ordenación del Territorio, Julián Sánchez Pingarrón abrió el debate informando de que en la actualidad lo que hay aprobado del Plan del Tajo es el Esquema de Temas Importantes, un documento que habla de los principales problemas actuales y futuros de la cuenca. Este ‘esquema’ se utilizará como referencia para cifrar después las asignaciones del Plan del Tajo.
A la Junta se la ve satisfecha con lo conseguido hasta la fecha en este documento. «Tiene avances, aunque no colma todas nuestras aspiraciones», proclamó Pingarrón. Una de las claves es que reconoce la necesidad de fijar un mínimo de caudal ecológico a su paso por Aranjuez, Toledo y Talavera.
El consejero dijo que este mínimo pasaría de 6 metros cúbicos por segundo en Aranjuez, que es donde está la raya actual, y llegaría hasta los 11. A partir de ahí se hizo sus propias cuentas. Explicó que los estudios fijan que al año la cabecera del Tajo (Entrepeñas y Buendía) recibe 777 hectómetros cúbicos. De esta cantidad se necesitan 113 para abastecimiento humano, 152 para regadío, 45 para usos industriales y eléctricos y otros 400 para subir el caudal ecológico a esos 11 metros por segundo a su paso por Aranjuez. Conclusión: «No da a hablar en el futuro de excedentes». O lo que es lo mismo, que si se sube el caudal ecológico no habrá agua para trasvasar a Murcia y Valencia.
El PP no las tiene todas consigo y mostró ayer sus dudas sobre las ‘bondades’ de la nueva planificación hidrológica. La diputada María Luisa Soriano denunció el retraso de la puesta en marcha del plan del Tajo, «que debería estar vigente desde marzo». Además pidió aclaraciones sobre la posibilidad que se baraja de inyectar al Tajo aguas depuradas del río Jarama y suplir así el aumento del caudal que exige la normativa europea.