Los trabajos de control del mejillón cebra en los pantanos de la Comunitat arrojan una preocupante novedad, después de que el pasado verano se detectara por primera vez la presencia de una larva del molusco invasor en el embalse de Henchideros, perteneciente al sistema del Júcar y situado aguas abajo del pantano de Alarcón. Así lo reflejan los informes de seguimiento que realiza la empresa Tecnoma con el objetivo de frenar la proliferación del bivalvo, especialmente localizado en el embalse de Sitjar, en el Mijares, y con presencia en Forata (Júcar).
Tras la entrada en 2005 de la especie en la Comunitat, la Confederación Hidrográfica de Júcar (CHJ) puso en marcha una campaña de control en los embalses. Los últimos datos, correspondientes a finales de 2009, dejan entrever que la situación es muy parecida a la de un año antes, salvo el caso de Henchideros. La colonia de Sitjar es estable, con grandes aumentos en la época reproductiva, mientras que se mantiene la presencia en Forata, otro de los embalses donde de han detectado ejemplares adultos. En el caso del pantano de Ulldecona, donde se encontraron larvas en 2008, las pruebas realizadas no han podido hallar ningún ejemplar más a lo largo del año pasado.
En Henchideros, los técnicos detectaron la presencia de una única larva en la muestra tomada durante la campaña de verano. Eso sí, los análisis correspondientes al otoño fueron negativos. Esta situación, pese a no ser alarmante, sí que ha obligado a extremar las precauciones. «No se puede concluir que haya una invasión significativa por parte del mejillón cebra en el embalse de Henchideros», reza el documento, que concluye: «Es necesario mantener un estricto control en los próximos años en el periodo de reproducción de la especie para confirmar una posible colonización del embalse». También se apunta que los análisis realizados en Alarcón, uno de los principales pantanos de suministro de la Comunitat, han sido negativos, tanto en larvas como en adultos.
En la presa de Ulldecona, los técnicos destacan que no se han repetido los resultados de 2008, cuando se detectó «lo que podía ser una larva de esta especie», a pesar de haberse aumentado el volumen de la muestra de placton, que es el sistema que permite encontrar ejemplares en estado larvario.
El caso de Forata, en el Júcar, es llamativo, ya que sólo se detectaron ejemplares adultos, y no larvas. Esta «aparente incongruencia» puede deberse a dos situaciones: que no haya una población reproductora o que el número de larvas sea demasiado bajo para que aparezcan en las muestras.
Sitjar es un ejemplo claro de la imposibilidad de atajar la extensión del bivalvo, que tiene especial presencia en primavera. Según los datos de la CHJ, en esta estación se duplicó el número de larvas y de ejemplares adultos, estos últimos en la zona media del embalse, mientras que en otoño aumentó su presencia respecto al año anterior.