El Júcar y el Cabriel nacen en un pequeño rincón situado al suroeste de la Cordillera Ibérica, a caballo de las provincias de Teruel y Cuenca. En buena lógica, si llueve en esta zona, la situación de toda la cuenca debería mejorar de forma automática.
Sin embargo, los datos del Boletín Hidrológico del Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino (MARM), hechos públicos ayer, revelan que la mejora no es general. La pluviometría de Cuenca y Teruel habría mejorado sensiblemente, el conjunto de la cuenca ha subido, 14 hectómetros cúbicos, pero la mayor parte de los embalses que mejoran sus reservas se encuentran aguas abajo.
Según los datos pluviomérticos contenidos en dicho Boletín, sobre Cuenca han caido 21,2 milímetros de media, cuando lo habitual en este período son 11,9 milímetros, lo que representa un porcentaje de un 178% sobre dicho promedio.
Sobre Teruel, fueron 30,4 milímetros, lo que representa un porcentaje del 374,6% sobre la media, que es de 8,1. Esta mejora se refleja en parte en el embalse de Alarcón, que sube un hectómetro, y en el del Contreras, que sube dos.
Sin embargo, el resto de los embalses que incrementan sus reservas en la Cuenca del Júcar están aguas abajajo, ya en la Comunidad Valenciana. Se trata de Arenós, Beniageber, Beniarres, Cortes II, Guadalest y Tous-La Ribera.
En la cuenca del Segura, por contra, la subida está más proporcionada. La cuenca subre seis hectómetros respecto a los datos registrados la semana anterior y la mitad de esa subida se concentra en los embalses de la cuenca alta, esto es, los situados en la provincia de Albacete, como Camarillas, Fuensanta y Talave. En total, la cuenca hidrográfica del Segura almacena 176 hectómetros, el 15,6% de su capacidad total.