La tercera semana consecutiva de descensos en el nivel de los embalses ha propiciado que la reserva hidraúlica vuelva a caer de la barrera del 60 por ciento, lo que complica de nuevo la situación de cara al cada vez más próximo verano. Sin embargo, la situación es muy dispar dependiendo de las zonas. Asi, en el sureste y Levante los pantanos siguen bajo mínimos, mientras el deshielo y nuevas precipitaciones en las últimas horas de ayer provocaron la alerta en la cabecera del río Duero y en el Ebro, así como en Navarra y el País Vasco.
Según informó ayer el Ministerio de Medio Ambiente, el agua embalsada se encuentra al 59,7 por ciento de su capacidad total. Actualmente, hay 32.333 hectómetros cúbicos, lo que representa una disminución de 243 hectómetros cúbicos, el 0,4 por ciento del total, con respecto a los niveles de la semana anterior.
Ahora hay unos 2.000 hectómetros más que el año pasado, pero casi 3.000 menos que en la media del último decenio.
En la última semana destacó el incremento en cinco hectómetros de la cuenca del Guadiana, mientras la del Duero ha disminuido en 124 hectómetros.
Sin embargo, este descenso en este río no es representativo de la situación. Los embalses en esta cuenca están al 81,9 por ciento de su capacidad. Además, la Confederación Hidrográfica del Duero declaró ayer por la tarde la alerta ante la subida de caudales en los ríos por las precipitaciones persistentes registradas en la cabecera fluvial. La situación es igualmente preocupante por el deshielo y la lluvia en el Ebro y en varios cursos de Navarra y del País Vasco, donde los embalses están a más del 90 por ciento de su capacidad. En el Cantábrico y Galicia oscilan entre el 78 y el 84 por ciento.
En el Ebro, la situación en cuanto a reservas es óptima, con los pantanos al 65,8 por ciento y mucha nieve en la cordillera pirenaica tras las últimas nevadas. No obstante, las cuencas catalanas siguen bajando, del 38,9 al 38,2 por ciento en los últimos siete días. El problema se complica en la mitad sur peninsular. Los pantanos del Tajo han caído del 60,6 al 60,1 por ciento en la última semana. Además, los embalses de la cabecera del Tajo, Entrepeñas y Buendía, que abastecen el trasvase Tajo-Segura, almacenan esta semana un total de 346 hectómetros cúbicos, 10 menos que la pasada, según los datos aportados ayer por la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT).
En la zona del Guadiana, los pantanos situados en Castilla La Mancha y Extremadura se mantienen al 64,3 por ciento; mientras la cuenca atlántica andaluza cae del 35,6 al 35,4. Los embalses del Guadalquivir están al 44,3 por ciento y caen del 35,6 al 35,4 por ciento los de la cuenca mediterránea en esta comunidad. La situación mejora algo, pero sigue siendo muy complicada en el sureste y levante: la cuenca del Segura sube del 15,5 al 16,9 por ciento y la del Júcar del 17,2 al 17,6 por ciento.
mallorca. No son pocos los que buscan soluciones a la sequía. El presidente del Gobierno balear, Jaume Matas, aseguró ayer que el Plan de Infraestructuras Hidráulicas 2004-2010 de Baleares permitirá, en un plazo de dos años, terminar con la actual sobreexplotación de los acuíferos de las islas, y reveló que el proyecto de su Ejecutivo pasa por volver a cargar estos depósitos naturales inyectando agua desalinizada. Se han invertido desde 2002 hasta hoy 480 millones de euros.
Caudales crecidos. La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) informó ayer de una nueva crecida de los caudales de la cuenca a causa de las lluvias moderadas que se registran en la cabecera del río y en Álava, que podrían superar el carácter de avenida ordinaria en algunos sitios. El organismo precisó que esas precipitaciones, localmente fuertes, se desplazan a las cabeceras de los ríos Ega y el Arga, en Navarra.
Las precipitaciones producirán crecidas en la cuenca alta del río y no se descartan desbordamientos en algunos tramos. En el resto del curso, el aumento pluviométrico tendrá valores algo superiores, dado que los niveles de los ríos se han mantenido altos tras el aumento registrado esta semana a causa de la fusión nival y las lluvias posteriores. Ante las previsiones meteorológicas, la CHE ordenó a Iberdrola que evacúe unos 45 metros cúbicos por segundo de vertido.