Más agua, más barata y en menos tiempo. El Gobierno socialista tendrá que darse mucha prisa para poder cumplir, en el año que resta de legislatura, los objetivos que se había marcado para resolver el grave déficit de agua de las regiones mediterráneas. La realidad es que el Programa Agua de la ministra Cristina Narbona, sustituto del derogado trasvase del Ebro, no aportará todos los caudales que se fijaron para este periodo. Murcia y Alicante, las zonas más sedientas, dispondrán el año que viene de unos 120 hectómetros cúbicos a través de desalinizadoras, la mayoría para los abastecimientos, cuando el objetivo marcado con esta opción es de 280 hectómetros en ambas provincias. A día de hoy la producción es de 72 hm3.
Frente a eso, la última riada del Ebro ha desaguado al mar 1.874 hectómetros cúbicos en dos semanas, el equivalente a cuatro trasvases anuales de los proyectados para la cuenca del Segura. El Gobierno murciano apunta que lo más preocupante, a su juicio, es que sólo se hayan podido retener en los pantanos de la cuenca del Ebro 200 hectómetros cúbicos de esta riada. «No ha habido beneficio ni para Aragón ni Cataluña, ya que el Ministerio de Medio Ambiente tampoco ha realizado las obras del Pacto de Aragón», señala el consejero de Agricultura de Murcia, Antonio Cerdá.
LA CONTROVERSIA
Echar al mar y sacar del mar
A día de hoy no puede decirse que haya más agua, ni más barata ni antes. Los gobiernos de Murcia y la Comunidad Valenciana sostienen que se ha perdido el tiempo, puesto que las aguas del Ebro podrían empezar a llegar el año que viene si hubiesen continuado las obras iniciadas en la etapa de Aznar. Añaden que ese agua no habría sido más cara que la desalinizada, cuyo coste en planta alcanza los 60 céntimos por metro cúbico. Y rematan con que estas elevadas tarifas son inasumibles por los regadíos. Asimismo, la plantas desalinizadoras en marcha o en obras que están siendo ejecutadas por Acuamed y otras sociedades estatales son las mismas que dejó aprobadas el Partido Popular, aunque con un bajo grado de ejecución ya que la prioridad entonces era el acueducto del Ebro.
En gran parte de la sociedad de Murcia y Levante todavía cuesta trabajo entender que todos los excedentes del Ebro se depositen en el mar -sin que se pueda derivar una pequeña parte- y que como alternativa haya que extraer esa misma agua del mar para desalinizarla.
El Ministerio de Narbona se ha preocupado más por garantizar los abastecimientos, sobre todo en estos tres años de extrema sequía, lo cual ha conseguido en la medida en que no se han producido restricciones en las ciudades. La asignatura pendiente, no obstante, es aportar todos los volúmenes a los que se había comprometido y, sobre todo, asegurar el futuro de la actividad económica que todavía inquieta a miles de agricultores y empresarios.
COMPRAR AGUA DEL EBRO
Falta el canal
Enemigo ahora de nuevos trasvases, el Gobierno socialista ofrece a los regadíos agua desalinizada, reutilización y modernización de explotaciones agrarias. Queda además el acueducto Tajo-Segura, que en estos tres años de sequía ha ofrecido unas aportaciones mínimas; al tiempo que el Gobierno de Castilla-La Mancha y el PP de esta comunidad pretenden eliminarlo antes del 2015.
La última opción que se ha abierto, mediante decreto, es la compra de concesiones de agua a regantes madrileños ribereños del Tajo, lo que ha proporcionado unos 125 hectómetros en los dos últimos años. Son la antesala de los bancos de agua, que quedarán regulados en la reforma de la Ley de Aguas. No obstante, nacen con una limitación, ya que estos bancos e intercambios de derechos sólo funcionan cuando existe un canal construido, como es el del Tajo-Segura. Sería imposible aplicarlo a la cuenca del Ebro, ya que no existe un acueducto que transporte los caudales. Muchos regantes del Ebro estarían dispuestos a vender voluntariamente, y cuando les convenga, su agua al Sureste a cambio de un buen precio (el doble de la tarifa del Tajo-Segura), según ha podido comprobar el Gobierno murciano en varias zonas del delta del Ebro.
EL COMPROMISO DEL MINISTERIO
¿Fallan los cálculos?
El secretario general para el Territorio y la Biodiversidad, Antonio Serrano, explicó hace tres años, al principio de la legislatura, que las cuencas mediterráneas recibirían en cuatro años el mismo volumen de agua que se había previsto en el trasvase del Ebro. Esto es, 1.050 hectómetros cúbicos que llegarían a través de la desalinización, la modernización de regadíos y la reutilización y depuración, principalmente.
Cuando el Ebro se recupera de la última crecida, se ha reabierto el debate nacional sobre este trasvase y el elevado volumen de excedentes que desembocan en el mar, y de los cuales una pequeña parte -entre un 10 y un 15% anual- estaba destinada en el anterior Plan Hidrológico Nacional a cubrir el déficit de Cataluña, la Comunidad Valenciana, Murcia y Almería.
Pese a estas aportaciones del Ebro, el Ministerio de Medio Ambiente sostiene que ese trasvase no lo construirá este Gobierno ni los siguientes, ya que, a juicio de Cristina Narbona, la Unión Europa lo rechazó, a la vez que cree que resulta inviable económica y medioambientalmente.
El anterior Plan Hidrológico Nacional no sólo ofrecía el trasvase del Ebro, sino otros 1.105 hectómetros cúbicos mediante reutilización, desalinización, modernización y ahorro y aguas subterrénas. Los redactores del PHN partían del hecho de que el déficit real de las cuenca mediterránea es de 2.105 hectómetros cúbicos. Para el Gobierno socialista, esas necesidades quedan recortadas justo a la mitad, ya que es partidario de cambiar la gestión de la demanda.
El tiempo no es un aliado del Gobierno de Rodríguez Zapatero. Aparte del conflicto de Torrevieja -que el Ministerio considera un claro boicot del Ejecutivo de Francisco Camps-, en la cuenca del Segura funcionan en estos momentos tres plantas desalinizadoras del Programa Agua. Estaban previstas en el PHN del PP, pero sin ampliaciones. Una desalinizadora está a plena producción en Alicante y dos en San Pedro del Pinatar. El año que viene terminará la ampliación de Alicante y en unos meses se espera que esté en marcha Mazarrón.
En total, la legislatura acabará con 116 hectómetros cúbicos disponibles para los abastecimientos, y probablemente 37 para regadíos. En el año 2009, si no aparecen inconvenientes, podrían estar funcionando las plantas de Torrevieja y Águilas, que aportarán otros 140 hectómetros. En total, la cuenca del Segura (Murcia y parte de Alicante) obtendría por esta vía 293 hectómetros cúbicos de agua desalinizada en un periodo de tiempo en el que el trasvase del Ebro estaría operativo, según el PP, y aportando más agua.