En lo que va de año hidrológico (comenzó el 1 de octubre) se ha producido una situación inédita hasta ahora, hay más agua acumulada en los embalses del tramo final del río que en la parte alta. Eso es porque ha llovido más en la zona baja del Júcar que en la cabecera. Prueba de ello es que el pantano de Alarcón (del que se abastece la ciudad de Albacete) está apenas al 5% de su capacidad ya que almacena 64,3 hectómetros cúbicos de los 1.118 que podría almacenar. Contreras con casi 53 hectómetros cúbicos y Tous con 97 almacenan más agua que Alarcón. Desde el 1 de octubre, sólo han entrado al embalse 22 hectómetros cúbicos, menos de la mitad de los que llegaron en el mismo período del año pasado y la cifra más baja en 32 años.
La Confederación ha calificado la situación de «preocupante», máxime cuando la capacidad mínima operativa del embalse es de 30 hectómetros cúbicos. Según la nota del organismo de cuenca, desde septiembre del año pasado han salido del pantano entre 2 y 2,5 metros cúbicos por segundo, lo que ha permitido mantener el caudal ecológico del río, pero ha hecho que en vez de aumentar las reservas estén descendiendo, algo que nunca había pasado en invierno.
La Confederación explica que las lluvias producidas en otoño fueron importantes en la zona costera, pero no en el interior ni en las cabeceras de los ríos.