El Gobierno de CLM consideró ayer un «contrasentido sin razón de ser» que el Levante vaya a vender su agua desalada para abastecimiento a Barcelona y a la vez esté pidiendo y llevándose el agua de CLM, «que necesitamos aquí para nuestro desarrollo».
Así lo apuntó ayer en Toledo el vicepresidente primero, Fernando Lamata, después de informar de los acuerdos adoptados por el Ejecutivo autonómico el pasado martes.
Lamata recordó que el río Tajo a su paso por Toledo «es una porquería» y «necesitamos salvarlo», por lo que insistió en la necesidad de poner una fecha de caducidad al Trasvase en el año 2015, como marca el proyecto del nuevo Estatuto de Autonomía, para «que nadie se llame a engaño».
Mientras tanto apostó por que los gobiernos de Valencia y Murcia dejen de poner trabas a la construcción de desaladoras para que en esa fecha estén terminadas y les recomendó que en lugar de vender el agua desalada a Cataluña la destinen a sus usos que para eso se están construyendo.
Asimismo, criticó la postura del Partido Popular a nivel nacional «que ha dejado ya muy claro que apuesta por los trasvases y por el mantenimiento del Tajo-Segura» y que «quiere seguir llevándose el agua de CLM hacia el Levante».
Una posición que la presidenta del PP regional, María Dolores de Cospedal, debía, a juicio del vicepresidente, haber rebatido pero, sin embargo, «parece que ha tirado la toalla» y «que acepta que sus partido defienda la continuidad del Trasvase».
Asimismo, Fernando Lamata denunció el «mensaje confuso» que lanzan los «populares» de la región sobre el Trasvase para no «enfadarse con sus líderes en Madrid» y consideró que con ello lo único que «se hace es animar al Levante a seguir exprimiendo la vaca».
Frente a ello, Lamata insistió en el trabajo del presidente regional José María Barreda que no duda, dijo, en defender los intereses de su región, entre ellos el agua, «por encima incluso de su partido si hace falta y hasta el final».
Y es que, el vicepresidente dejó claro que «no es compatible» defender el fin del Tajo-Segura y a la vez los trasvases como hace el PP de CLM. «No es algo compatible y no se puede engañar. El Trasvase Tajo-Segura tiene que acabar, se termina en 2015 y punto y final».
Por último, a preguntas de los periodistas, Lamata no descartó que de cara al verano puedan producirse restricciones de agua para consumo en distintos pueblos de la región teniendo en cuenta que la sequía se está prolongando en el tiempo y «hay realmente una situación preocupante en la cuenca del Tajo, sobre la que no hay perspectivas de cambio». Por ello, aseveró que el Ejecutivo autonómico está «preocupado y atento».