CARLOS ALÓS ALZIRA La situación del Júcar, el río más caudaloso de la Comunitat Valenciana y el auténtico eje vertebrador del desarrollo histórico de la comarca, es más que preocupante. Lo atestigua un estudio elaborado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que ha analizado las tendencias en los caudales de 187 cuencas fluviales de la península ibérica entre 1945 y 2005.
Los resultados del estudio sitúan al Júcar como el segundo río de España más afectado por la sobreexplotación, sólo por detrás del Segura, e incluso lo pone como paradigma de afección a los acuíferos, una presión que incluso llega a afectar al caudal natural del río, asegura. Según explican el Júcar debe soportar una demanda de agua que supera la cantidad «que puede ofrecer» y lo sitúan entre los que mayor sobreexplotación de caudal y de acuíferos registra en Europa.
En ese punto, los investigadores señalan que existe un descenso generalizado de los caudales anuales en la mayor parte de las cuencas. En algunos casos, como el del Júcar, el caudal ha disminuido en más de un 3% respecto a la media anual del último medio siglo. La investigación, publicada en la revista Journal of Hydrology, señala al cambio climático como una de las posibles causas del descenso.
Pero hay más. Los expertos pronostican que el proceso de pérdida de caudal podría acelerarse en los próximos años de acuerdo con las proyecciones climáticas de los actuales modelos de cambio climático, según explica el investigador del CSIC Sergio Vicente, del Instituto Pirenaico de Ecología.
El estudio, editado únicamente en inglés, constata que se ha producido una pérdida de caudal en todos los ríos en el período que se analiza. Pero este descenso es especialmente significativo en el Ebro, el Tajo, el Júcar, el Guadiana y el Guadalquivir, y, en general, en todos los ríos de la cuenca mediterránea.
En concreto señala que en más del 90% de los períodos analizados los ríos mostraron un descenso de caudal. Además, este descenso tiene una incidencia especial en el Júcar que registra caídas en todas las estaciones del año ya que en el 50% de los períodos analizados el descenso era pronunciado y recalca las importantes diferencias que existen entre los ríos cuyo caudal está más controlado por la existencia de embalses que aquellos que apenas encuentran obstáculos a su paso.
Más demandas estivales
Además, en casos como el Júcar durante las estaciones húmedas, es decir otoño e invierno, «el caudal es incluso menor que en verano porque los embalses almacenan agua para satisfacer las demandas estivales, lo que genera grandes diferencias estacionales», concluye Vicente.
El trabajo dibuja un panorama muy sombrío para el futuro del río ya que se prevé un descenso para las próximas décadas del 20% de las precipitaciones y se cuestiona el actual modelo porque como llueve menos se guarda más caudal en las presas para las demandas estivales lo que provoca un mayor descenso del nivel.