Los ecologistas rechazan radicalmente el proyecto de abastecimiento de agua a la comarca de La Manchuela, en el sur de Cuenca y norte de Albacete, con aguas del embalse de El Picazo.
Cipriano Escribano, de Ecologistas en Acción, y Gregorio López Sanz, de la Asociación por la Conservación de los Ecosistemas de La Manchuela, explicaron que es una obra mal planificada, que no responde a necesidades reales, que sólo favorece intereses de grandes empresas privadas y que, de llevarse a cabo, tendrá un fuerte impacto negativo en la economía de los vecinos de los pueblos que reciban el agua.
Gregorio López dijo que estas organizaciones presentaron alegaciones al proyecto, que fueron rechazadas, mientras se admitían, por ejemplo, las de Iberdrola. Indicó que es un proyecto «sin pies ni cabeza» que sólo quieren el Ministerio de Medio Ambiente y la Junta regional, pero que ha sido rechazado incluso por asociaciones comarcales de municipios.
Comentaron que la única respuesta oficial que han conseguido sobre la factura a pagar por los consumidores es que serán «costes similares a los del sureste español».
Aseguraron que en ningún momento se ha explicado lo que va a costar a los ciudadanos esta obra y la posterior gestión del sistema, y que éstos «quedarán en mano de estas grandes empresas que fijarán los precios».
Otras soluciones
Gregorio López afirmó que los municipios de la comarca tienen cantidad suficiente de agua y calidades aceptables, y que si en algún caso hubiera que resolver algún problema concreto, «hay otras soluciones mucho menos costosas, sistemas que hacen innecesaria una gran infraestructura de este tipo, que sólo obedece a los intereses de grandes grupos de presión». Tanto Sanz como Escribano insistieron en que «la cuestión es que no se quiere abordar el fondo del problema, el sistema de explotación agraria que provoca situaciones de sobreexplotación y de contaminación de acuíferos; sobre las medidas para solucionarlo, el proyecto no dice nada».
Señalaron la contradicción que supone proyectar ampliación de regadíos y negando que haya recursos para el abastecimiento, que apenas supone un 10% del consumo, y se opte por llevar el agua a través de cientos de kilómetros de tuberías. Escribano señaló que basar el abastecimiento en un embalse como el de Alarcón (de donde llega el agua a El Picazo), que queda seco en tiempos de sequía y con hipotecas como el plan de sustitución de bombeos, es montar un sistema vulnerable y con una inversión tan enorme como innecesaria.
Compararon la obra con depuradoras que se están haciendo en la provincia y que provocan serios problemas de mantenimiento y gestión a los ayuntamientos.