Entre seis y ocho kilómetros del Júcar han estado secos durante unos días, igual que ocurrió hace 13 años, cuando 40 kilómetros del río llegaron a quedarse sin agua a consecuencia de la sequía y de la sobreexplotación de los acuíferos, según denunció ayer Ecologistas en Acción que hoy mismo se presentarán ante la Fiscalía para poner en conocimiento este hecho porque entienden que podríamos estar ante un «delito ecológico».
«Se ha secado un río y queremos que investigue de quién puede ser la responsabilidad y si ve indicios de delito», explicó el portavoz del grupo ecologista, José Julio del Olmo.
El descenso del caudal se detectó el domingo, pero ayer, tras las medidas adoptadas por la Confederación del Júcar, que desembalsó más agua de Alarcón de la que se estaba soltando hasta ahora, el río recuperó su caudal habitual.
Los ecologistas, no obstante, denunciaron por la mañana en rueda de prensa que llevaban mucho tiempo advirtiendo de que esto podría pasar, lo que no esperaban es que sucediese en la primavera y con el embalse de Alarcón abierto, pues cuando el Júcar se secó en 1994 de este pantano no salía ni una gota porque no había agua. Ahora, por el contrario, de Alarcón estaban saliendo 2.000 litros de agua por segundo para mantener el caudal ecológico del Júcar, «pero ese agua no llega hasta Albacete, porque como el río pasa por tramos permeables, el caudal desaparece y este agua termina en el acuífero que está muchísimo más bajo que el río».
Sobreexplotación
Lo que los ecologistas quieren hacer ver es que esta situación no es coyuntural, ni se debe exclusivamente a la sequía; si no que ellos aseguran que buena parte de culpa la tienen los regantes que están sobreexplotando el acuífero 18 y la administración que no pone límite a la transformación de nuevas superficies regables.
«Las cuentas son claras, -insistió Del Olmo- no se pueden extraer 400 hectómetros cúbicos de agua al año del acuífero, o 340 como dicen ahora que están sacando, si el acuífero no recibe más de 180 hectómetros de recarga».
«Se pongan como se pongan, los regantes de la Mancha Oriental y Ramón Sotos, el acuífero está más que sobreexplotado y el río no puede llevar agua porque termina filtrándose al acuífero», recalcó Del Olmo, cuya organización está dispuesta a pedir a Bruselas que declare el Acuífero 18 como sobreexplotado.
Fin a las subvenciones
¿Y eso qué supondría? Pues según detalló Cipriano Escribano, también de Ecologistas en Acción, si llegase a admitirse esta sobreexplotación «que ahora nadie quiere reconocer» las extracciones del acuífero quedarían limitadas a las cantidades en las que se recarga cada año, algo que en la práctica supondría «renunciar a esta política encubierta de transformación de regadíos y acabar con las subvenciones que ahora están cobrando los regantes por dejar de regar».
En este punto, los ecologistas criticaron con dureza que se haya ya pagado a los regantes más de 9 millones de euros para que dejen de regar, a través del sistema de compra de derechos de agua, «es decir, estamos subvencionando a quienes nos han causado el problema», afirmó Del Olmo, que fue muy crítico con la política agraria. «Mientras en otras comunidades te multan por lavar el coche, aquí se sigue subvencionando con la PAC cultivos que hay que regar y que son excedentarios o que como mucho servirán para biocombustibles», lamentó el ecologista, que citó algunos cultivos como el maíz y la alfalfa, de los que se han plantado más de 6.000 hectáreas respectivamente.
Así, Ecologistas en Acción instó a la Confederación Hidrográfica del Júcar a que «deje de consentir que en Castilla-La Mancha, con la excusa de que tenemos la hipoteca del Tajo-Segura, hagan lo que les dé la gana».
Para empezar, reclamaron que este verano no se riegue ni con aguas superficiales, ni con recursos del acuífero, «se acabó, lo lógico es que a partir del 30 de mayo no se regase, ya veríamos como del acuífero no saldrían más de 80 hectómetros y no los 340 que dicen que están extrayendo ahora», insistió Del Olmo.
Dimisiones
A este respecto, Cipriano Escribano, que representa a Ecologistas en Acción en las primeras reuniones que se están celebrando de cara a la revisión del Plan Hidrológico del Júcar aprobado en 1998, pidió la dimisión del director general del Agua de la Junta de Comunidades, Fernando Ortega, por «incompetente y sumiso a los poderes económicos». Según Escribano es «vergonzoso» comprobar que la Junta de Comunidades, la Universidad de Castilla-La Mancha y la Junta Central de Regantes de la Mancha Oriental (JCRMO) «siempre se posicionan en bloque, en defensa de los mismos intereses, los de algunos agricultores que acumulan miles de hectáreas». En opinión de Escribano, con esta política «vamos camino del suicidio» pues «se está premiando la sobreexplotación» y advirtió que de seguir así «en un año se va a secar hasta el Cabriel» pues en La Manchuela se han abierto 3.000 nuevos pozos para regar la vid, un cultivo que tradicionalmente no se regaba.
Los regantes replicarán hoy a estas duras críticas.