La revisión del Plan Hidrológico de Cuenca del Júcar está tan retrasada que, a estas alturas, ni siquiera se ha tomado una decisión acerca de lo que pertenece, o no pertenece, a esta cuenca hidrográfica.
Por este motivo, los representantes de la Asociación por la Conservación del Ecosistema de La Manchuela, Gregorio López, y de Ecologistas en Acción de Albacete, Cipriano Escribano, pidieron ayer al Gobierno central que intervenga «de forma urgente» para superar el «bloqueo» que vive el citado proceso de revisión.
«A estas alturas, todo el mundo parece haberse resignado a que serán los tribunales los que culminarán el proceso de revisión -señalaba Escribano- pero eso nos parece, sencillamente, un disparate, la situación del Júcar es tan delicada y su gestión tan compleja que no podemos estar años esperando por una sentencia firme, sería una catástrofe para el río».
Además, indicaron, y para más escarnio, resulta que esta situación se da, precisamente, en la cuenca hidrográfica que, en su día, la Unión Europea designó como cuenca piloto para la aplicación de la Directiva Marco del Agua.
«Es increíble que la Confederación que más retraso lleva sea justo la cuenca piloto -indicó- pero es así, hasta tal punto que cuencas en las que se esperaban tensiones mucho mayores, como la del Segura, y cuya revisión empezó más tarde nos han adelantado y ya tienen, por ejemplo, definidos sus esquemas de temas importantes».
Dichos esquemas son los listados de asuntos que, a juicio de administraciones y usuarios, deben estar presentes en cada Plan de Cuenca. Pero, en el caso del Júcar, no se han cerrado aún porque nadie ha tomado una decisión clave, determinar, precisamente, qué forma parte del Júcar y qué no.
Sobre este asunto, Gregorio López señaló que, a su juicio, y siguiendo lo establecido en la ya famosa sentencia del Supremo de octubre de 2004, hay que dejar fuera de la futura Demarcación del Júcar las cuencas internas de la Comunidad Valenciana.
«Nosotros creemos que el abastecimiento a Valencia, el abastecimiento a Sagunto y el trasvase Júcar-Vinalopó son, precisamente, trasvases -indicó- porque forman parte de las cuencas internas de la Comunidad Valenciana y deberían quedar fuera del ámbito del Júcar».
Los ecologistas también señalaron que, a su juicio, el acuífero 18, el de la Mancha Oriental, debería declararse sobreexplotado debido al elevado consumo de agua de los regadíos conquenses y albaceteños. Pero lo que, a su juicio, sí debería quedarse dentro del Júcar es la Albufera de Valencia.
«Nosotros admitimos que, de acuerdo con la Ley de Aguas de 1985, la Albufera no tenía cabida en el Júcar -concedió López- pero en el 2000, se aprobó la Directiva Marco del Agua de la UE, con una definición de cuenca hidrográfica menos restrictiva, y por creemos que, conforme a la DMA, la Albufera sí tendría cabida».
En todo caso, y al margen de posturas concretas sobre qué es y qué no es Júcar, los ecologistas lanzaron duras críticas hacia la Confederación Hidrográfica, la Generalitat Valenciana y la Junta de Comunidades y hacia el propio Gobierno central.
«Creemos que su inacción es una grave irresponsabilidad -señalaron ambos- porque el Júcar necesita un Plan de Cuenca; nadie quiere tomar decisiones ni pagar el coste de asumirlas, pero estas decisiones son urgentes».
Por eso, exigieron al Ministerio de Medio Ambiente que tome una decisión que rompa el «bloqueo» del Plan del Júcar, «porque si no hay acuerdo, será la Unión Europea quien intervenga con sanciones, al incumplir con todos los plazos previstos».