Cada día más indignados y preocupados, los agricultores se sienten triplemente castigados por los bajos precios, la crisis económica y la oleada de robos que sufren en sus casas y fincas, en ocasiones con métodos violentos.
Un agente de la Guardia Civil inspecciona un coche cargado de aceitunas. EFE ARCHIVO
EFEAGRO – Madrid, 08 octubre 2012 | 09:15h.
Así lo constatan productores de varias regiones consultados por Efeagro, quienes reclaman insistentemente el endurecimiento del Código Penal y un riguroso control en los posibles puntos de venta del material robado.
Explican, por ejemplo, que el metal acaba en chatarrerías y que las verduras sustraídas recalan en mercados o puestos callejeros ilegales, pese a que no siempre son aptas para el consumo por haber sido robadas cuando se aplicaron fitosanitarios en el campo.