Los ministros de Medio Ambiente1 de la UE acordaron combatir la sequía y la escasez de agua de forma coordinada y apoyar el desarrollo de un observatorio para reforzar la prevención.
La ministra española de Medio Ambiente, y Medio Rural2 y Marino3, Elena Espinosa4, compareció este viernes ante los medios de comunicación en compañía del comisario europeo para el Medio Ambiente, el esloveno Janez Potocnik, para dar cuenta de lo tratado en el Consejo reunido en Luxemburgo, que esta tarde abordará las cuestiones relativas al cambio climático.
En su intervención, Espinosa destacó los esfuerzos efectuados por la Presidencia Española con el resto de países y la Comisión para que la defensa del Medio Ambiente no esté aislada de las decisiones en los ámbitos económico o social.
“Ha sido un semestre muy intenso y con unas características muy particulares”, reconoció Espinosa, y recordó que España asumió la Presidencia un mes después de la entrada en vigor del Tratado de Lisboa.
Indicó al respecto que España ha tenido que sacar adelante este semestre y superar los cambios que supuso la renovación del Parlamento Europeo5 y del colegio de comisarios europeos. “A pesar de todas estas circunstancias hemos avanzado en muchas cuestiones”, consideró la ministra española.
Espinosa afirmó que si no se combate la sequía y la escasez de agua de manera adecuada, la creciente demanda y la limitada disponibilidad de recursos tendrán “impactos muy negativos sobre la biodiversidad y sobre la salud humana”.
Para evitarlo, se necesita incluir medidas específicas sobre la gestión del agua en las distintas políticas sectoriales y fomentar la planificación, agregó Espinosa.
La ministra española puso de relieve que los países estuvieron de acuerdo en que la escasez del agua y la sequía constituyen un “problema serio” en muchas regiones de Europa, una situación que prevén que empeore como consecuencia del cambio climático.
También reconocieron la vertiente internacional de este problema y destacaron que muchas masas de agua de la UE son “transnacionales” y los riesgos y desafíos compartidos, por lo que las soluciones deben coordinarse, incluso con terceros países.
Estrategia 2020
Los ministros coincidieron en que la inversión en la innovación ecológica y en la eficiencia del uso de los recursos hídricos contribuirá a la creación de empleos y a un crecimiento equilibrado y sostenible, en el contexto de la Estrategia Europa 2020 para el empleo y el crecimiento.
Llamaron también la atención sobre la importancia de fomentar la eficiencia en el uso del agua y la gestión de su demanda, la mejora de las técnicas de irrigación, el aprovechamiento de las aguas residuales, todo ello apoyado por campañas de concienciación y educación.
“En definitiva -dijo Espinosa- tenemos que tratar de buscar en el agua el desarrollo sostenible, basándonos en la aplicación de políticas territoriales en áreas afectadas por la sequía y la escasez de agua”.
Por su parte, el comisario europeo para el Medio Ambiente, Janez Potocnik, hizo hincapié en avanzar en el debate sobre los preparativos de la Conferencia Río 2012 sobre desarrollo sostenible, ligada a la economía verde cuando se habla de la reducción de la pobreza.
En cuanto a la gestión de los bioresiduos, Potocnik insistió en trabajar en firme para la recogida selectiva de los mismos, y abogó para que los Estados miembros tengan en cuenta las características locales en la gestión de los bioresiduos.
Respecto a la conservación de las ballenas, una de las cuestiones planteadas en la conferencia de prensa, tanto la ministra Espinosa como el comisario Potocnik coincidieron en afirmar que el objetivo es la protección de las ballenas, la voluntad de conseguir la unanimidad de los Veintisiete en este ámbito y de convencer a otros países para que se sumen al esfuerzo común de establecer un marco regulatorio internacional.
Comunicación de la Comisión
Tras la segunda sesión de trabajo del Consejo, Espinosa valoró la comunicación presentada por la Comisión Europe sobre el impacto que tendría elevar el compromiso actual de reducción de emisiones de dióxido de carbono (CO2) del 20 al 30 por ciento en 2020 respecto a los niveles de 1990.
Según el análisis de la Comisión, elevar el objetivo tendría un “impacto económico limitado” y menor al que se había calculado en un principio.
Espinosa afirmó que todos los países reconocieron el esfuerzo del ejecutivo comunitario y la copiosa información aportada, al tiempo que pidieron profundizar en aspectos tales como el mercado de emisiones, la seguridad energética, el liderazgo tecnológico o la fiscalidad.
A juicio de la ministra española, dicho debate no ha supuestos “en absoluto” un rechazo al documento de la Comisión. “Al contrario, la aportación de los estados miembros enriquece la comunicación y quiere dotarla de información complementaria”, dijo.
La comisaria de Acción por el Clima, Connie Hedegaard6, consideró por su parte que los países han demostrado que quieren unos “resultados ambiciosos” en la Cumbre sobre el clima que se celebrará en Cancún (México), y agradeció la labor española y los resultados que ha logrado obtener durante su Presidencia.