Demasiados asuntos en agenda. Los nuevos responsables de la gestión del agua en el Ministerio, que proceden de la Comunidad de Madrid, tendrán que tomar muchas e importantes decisiones lo antes posible.
Decisiones que tendrá que adoptar el director general del Agua, Juan Urbano López de Meneses. Con su nombramiento se ha roto la tradición de que dicho cargo fuera ocupado por un ingeniero de Caminos, Canales y Puertos. López de Meneses tiene un perfil ambientalista y es ingeniero agrónomo, razón por la cual los regantes del Segura están a la expectativa.
Una vez que López de Meneses tome posesión se comprobará si la nueva administración del PP apuesta o no por cambiar el sistema actual de desembalses semestrales en el trasvase Tajo-Segura. Sistema que desde Murcia confían en que se mantenga, mientras que éste ha sido puesto en cuestión por el recurso del Ejecutivo castellano-manchego contra el último envío de agua al Segura.
Desde Murcia la última petición de una nueva derivación asciende a 264 millones de metros cúbicos, 214 de ellos para regadíos.
Otras medidas
El nuevo responsable de Agua también tendrá en sus manos el nombramiento de los nuevos presidentes de las confederaciones hidrográficas.
Otra medida que tendrá que tomar Juan Urbano López de Meneses es la tramitación de los nuevos planes de cuenca, que deben ser aprobados con urgencia debido a la amenaza de sanciones por parte de la Comisión Europea, habida cuenta de que los documentos de planificación llevan al menos dos años de retraso. Uno de los que más atraso acumula es el del Júcar.
Unido a esto, el Ministerio debe buscar una solución para hacer compatibles los planes del Tajo y del Segura, que por ahora son irreconciliables debido al trasvase. En la Región y en Madrid se apuesta por reducir los caudales trasvasables; mientras que en Murcia y Valencia se reclama que no se toque ni una coma. Los regantes murcianos, por su parte, han presentado un recurso al plan del Tajo para participar como usuarios en el nuevo Consejo del Agua de dicha cuenca.
Asimismo, el Ministerio deberá ponerse manos a la obra para favorecer un pacto nacional del agua y consensuar un nuevo plan hidrológico entre los territorios. Para eso necesita que los planes de cuenca estén aprobados. Asimismo, tendrá que clarificar la postura oficial sobre el programa de desalinización, cuya producción está bajo mínimos. Desde los gobiernos de Murcia y de la Comunidad Valenciana se apuesta por frenarlo.