Las lluvias de las últimas semanas no han logrado acabar técnicamente con la sequía- el Júcar sigue formalmente en situación de emergencia y el Turia ha pasado a estar en alerta, un grado por debajo según los parámetros utilizados en los planes de sequía- sin embargo han provocado ya una situación incómoda para la Confederación Hidrográfica del Júcar, que se ha encontrado en un plazo relativamente corto de tiempo con 4 embalses técnicamente llenos en los que no cabe almacenar más agua y en los que no existe, aguas abajo, un reservorio en el que depositar los caudales.
En la última semana los pantanos han ganado 37,88 hectómetros cúbicos, una cantidad similar a la de la última semana pero que debe ser interpretada en el contexto de una suelta masiva de agua con destino al arrozal, especialmente desde los pantanos de Alarcón, Tous, y Contreras. Así, la ganancia de 6,18 hm 3 en Alarcón , 3,95 hm 3 en Contreras y 6,52 hm 3 en Tous hay que interpretarla en el contexto de la liberación de caudales de 8 m 3 /segundo, 5 m 3 /segundo y 10,028 m 3 /segundo respectivamente en los citados tres embalses y que han tenido como destino el llenado del arrozal de la Albufera.
El presidente de la CHJ, Juan José Moragues, admitía ayer un «cambio de ciclo» y se resistía a hablar del fin de la sequía. Al mismo tiempo destacaba el papel jugado por el embalse de Arenós, cuyas obras de modernización, visita hoy, que almacena casi 55 hectómetros cúbicos después de que finalizaran los trabajos de consolidación de la las laderas de la Puebla de Arenós cuya inestabilidad impedía hasta hace unos meses utilizar plenamente el embalse. Aguas abajo, el embalse de Sichar es el gran beneficiado.
Las obras de consolidación de las laderas de Arenós han costado 17 millones de euros y todavía deben ser complementadas por la modernización de las compuertas y elementos interiores de la presa.
Embalses llenos
Más difícil resulta dar una solución al embalse de Guadalest (ayer estaba al 90,36%) o Ulldecona (89,91%). Ambos se encuentran técnicamente llenos, sin capacidad para almacenar más agua sin violar los parámetros de seguridad que obligan a mantener un ligera reserva de capacidad en primavera para absorber una posible riada.
Además, y por razones de orden geográfico y/o geológico no existe aguas abajo de estos embalses un lugar idóneo en el que construir otro embalse que recoja los excedentes, lo que impide un aprovechamiento pleno de estos ríos en situaciones de lluvias abundantes como la actual.
Otro embalse completamente lleno es el del Regajo en la cuenca del río Palancia. Su escasa capacidad -apenas 6 hectómetros cúbicos- hace que se llene con gran rapidez. Aguas abajo, el Ministerio de Medio Ambiente construyó el polémico embalse del Algar, destinado a laminar avenidas y a favorecer la infiltración del agua en los acuíferos del Camp de Morvedre más afectados por la sequía.
Tras más de cinco años terminado y sin compuertas capaces de retener el agua, el Ministerio de Medio Ambiente decidió en 2004 acometer la colocación de las compuertas finalmente terminada hace unos meses. Sin embargo, la acequia mayor de Sagunto sigue pasando por el interior de la presa, lo que impide, hasta que se construya una derivación, retener los caudales.
Ayer, el Regajo liberaba casi 1,2 metros cúbicos por segundo que no podían ser retenidos en el Algar y que circulaban libremente por la Acequia Mayor de Sagunt.