Para que el agua que beben los albaceteños sea de calidad, tiene que estar bien potabilizada, pero también se tiene que devolver a su río, al Júcar, convenientemente depurada. Así lo ponía ayer de manifiesto a este diario el secretario de la Junta Central de Regantes de la Mancha Oriental, Herminio Molina, quien explicó que la calidad del agua del río no es igual en todo su recorrido.
A partir de Tous, los regantes han detectado contaminación directa por vertidos, es decir, por no depurar las aguas. La Junta Central considera que también faltarían depuradoras en la cuenca baja y en la media, pero en estas zonas, al haber más caudal, el vertido se diluye mejor y las concentraciones de contaminación son menores.
Comisiones
Y es que hay que tener en cuenta que las comisiones del Plan de Recuperación del Júcar ya han presentado sus conclusiones, en las que, precisamente, se hacen eco de las reivindicaciones de los regantes de la Mancha Oriental. Estas comisiones han estado trabajando durante año y medio.
El objetivo no era otro que perfilar las estrategias para mejorar la calidad y la cantidad del agua del Júcar, respetando los caudales ecológicos y los paisajes. En las reuniones, han trabajado de la mano usuarios, administraciones, organizaciones no gubernamentales y sindicatos para idear una nueva fórmula de gestión de los ríos. De hecho, Molina puntualizó que si Valencia se preocupase del Turia como los albaceteños del Júcar podría beber de su río y no depender de otros.
Una vez que las cinco comisiones del Plan de Recuperación del Júcar han presentado sus conclusiones, ahora faltaría trasladarlas al Plan Hidrológico. Se ha mostrado especial preocupación por conservar las riberas, pero, en opinión de la Junta Central de Regantes, Albacete se ha preocupado suficientemente de este aspecto, por lo que el problema estaría en la depuración de las aguas que se devuelven al río y a sus afluentes.
Los ejes de las comisiones han sido los caudales ecológicos, la calidad de las aguas, la prevención de inundaciones, la recuperación de los ecosistemas de la ribera y la revalorización socio cultural de los paisajes del agua. En todos los casos se ha hecho un diagnóstico de la situación y se han marcado una serie de objetivos.
La polémica ha estado en los caudales ecológicos, ya que la Junta Central de Regantes de la Mancha Orientas ha tenido que recordar a los grupos ecologistas que en ríos como el Júcar no se puede hablar de caudal natural, ya que cuenta tanto con embalses como con presas. Eso sí, los regantes son partidarios de mantener el caudal ecológico. «Hay que recordar que el Júcar tiene muchos aprovechamientos y está dentro de un plan hidrológico del 97, precisamente porque se secó en el 94», matizó Molina.