La Junta Central de Usuarios del Júcar-Vinalopó, que agrupa a comunidades de regantes y a los ayuntamientos del Vinalopó, l’Alacantí y la Marina Baixa, da un nuevo impulso a su reivindicación sobre el proyecto original del trasvase. Dos años después de que las obras de la canalización desde Cullera se diesen por terminadas, y en pleno rescate del agua en el discurso reivindicativo del Consell, los hipotéticos beneficiarios de la transferencia -que aún rehúsan de su caudal por su calidad- han encontrado una posible vía de entendimiento con los nuevos responsables del Ministerio de Medio Ambiente, del Partido Popular, para reconducir la obra y aceptar el agua. ¿Con qué fórmula? Regresando al pasado: la recuperación del trasvase desde la toma de Cortes de Pallás, que está construida y sin uso. Los usuarios, con el apoyo y mediación del Consell, ya han trasladado al ministerio una solicitud oficiosa para que se autorice la ejecución de tres de los siete tramos originales de la canalización que el PSOE descartó tras su llegada a La Moncloa.
Su construcción no conllevaría costes adicionales para la Administración. La petición, presentada hace poco más de un mes ante el director general del Agua saliente, Juan Urbano (el viernes fue sustituido por Liana Ardiles en Consejo de Ministros), la Junta Central incluye el compromiso firme de asumir la financiación de las obras con recursos propios. Se calcula que los tres tramos pendientes -el dos, el tres y parte del cuatro- podrían suponer un desembolso de entre 50 y 60 millones que los usuarios cubrirían con un crédito. Fue lo que hicieron en 2001, cuando cerraron un préstamo sindicado con cinco entidades financieras, al firmar el convenio con Medio Ambiente por el que quedaban obligados a aportar 75 millones en la ejecución del trasvase original.
Así, si el departamento de Arias Cañete diese su beneplácito, los receptores del agua (regantes y ayuntamientos) sólo tendrían que repercutir el coste de las obras en las tarifas para amortizar el crédito. Y no supondría ningún quebradero de cabeza. Según la Junta Central, el precio del metro cúbico seguiría siendo más barato que con el trasvase actual, desde el Azud de la Marquesa, en Cullera, en el que la tarifa se multiplica por los costes energéticos que requiere su elevación.
Ese es, de hecho, el motivo fundamental de su insistencia en la toma inicial. Pese a que llegaron a proponer una toma alternativa sólo unos kilómetros aguas arriba, en Antella, los usuarios mantienen ahora -con el PP otra vez en la Generalitat y en el Gobierno central- que sólo desde Cortes de Pallás se podría obtener agua a un precio asequible y de calidad, apta para regadío y abastecimiento. Dos condiciones que, sostienen, no se cumLos usuarios han decidido aceptar ahora esos recursos al considerar que los dos años que el agua ha permanecido expuesta al sol han eliminado los coliformes y fitosanitarios detectados en sus análisis previos.
La consellera de Agricultura, Maritina Hernández, comprobó el pasado jueves el correcto funcionamiento de las pruebas del enganche entre el embalse y el postrasvase (una obra competencia del Consell). Un día después, Alberto Fabra, volvía a tomar la bandera de la reivindicación del agua en la escuela de verano del PP. plen con el trasvase actual, desde Cullera, donde llega el agua de rechazo de 42 depuradoras. Los usuarios alegan además que con su propuesta el caudal de Cortes de Pallás llegaría en año y medio. Y mantienen que la conducción actual, con un coste de 400 millones, se aprovecharía para garantizar el caudal ecológico en el bajo Júcar.
1998- El Gobierno aprueba el Plan Hidrológico del Júcar en el que se incluye el trasvase al Vinalopó como obra de interés general.
2001- Nace el Plan Hidrológico Nacional, en el que se incluye la inversión para ejecutar el Júcar-Vinalopó. Se firma el convenio de financiación con la Junta Central y se fija el reparto del agua: 45 hectómetros para regadíos y 35 para abastecimientos.
2002- Aznar y Olivas (PP) colocan la primera piedra en Cortes de Pallás y se ponen en marcha las obras de los siete tramos.
2005- La ministra Narbona (PSOE) cambia el proyecto y desplaza la toma hasta Cullera. El nuevo trazado mantiene tres tramos del original. Se rompe el convenio con los usuarios.
2010- Finalizan las obras y el agua llega hasta el embalse de Villena, donde se almacenan hasta 12 hectómetros que nadie usa.