La consejera de Agricultura del Gobierno autónomo valenciano, Maritina Hernández, ha anunciado que los regantes del Vinalopó podrán regar con agua del Júcar en septiembre, en lo que sería el comienzo efectivo del trasvase entre estas dos cuencas. El anuncio ha sido recibido con una clara advertencia por parte del presidente de la Junta Central de Regantes de la Mancha Oriental, Francisco Belmonte: «quien firme un envío de agua de ese trasvase sin cumplir las previsiones legales, que lo condicionan a que primero se resuelvan los problemas pendientes en el Júcar, se encontrará con una demanda por prevaricación».
Lo que el Gobierno valenciano anuncia es el envío de unos seis hectómetros cúbicos almacenados en la gran balsa de San Diego, que se construyó entre Villena y Fuente la Higuera, a unos nueve kilómetros de Caudete. Hace más de un año, se llenó con unos diez hectómetros, como prueba, y ahora se anuncia que se desembalsarán en forma de «riego de socorro» porque es necesario vaciar esta balsa para solucionar los problemas de filtraciones que han aparecido.
Otras prioridades
El presidente de los regantes albaceteños es muy escéptico respecto a esas razones: «habría que comprobar si es cierto, o si lo que pretenden hacer es utilizarlo como una excusa. Lo que sí que deben tener claro es que el Plan Hidrológico establece con toda claridad que antes de comenzar el trasvase del Júcar al Vinalopó, que es lo que eso significaría, deben atenderse otros problemas en la cuenca cedente, como es completar las obras de sustitución de bombeos aquí en la Mancha Oriental».
Belmonte añade que «en primer lugar, ni la consejera ni el Gobierno valenciano son quién para decidir un trasvase; es una potestad que pasa por la Confederación Hidrográfica, o mejor dicho, por el Gobierno. Yo ya indiqué muy claramente a Moragues [anterior presidente de la Confederación Hidrográfica] que demandaríamos a quien autorizase el trasvase sin cumplir las condiciones legales; esto es algo que también sabe la actual presidenta».
Los regantes se muestran muy desconfiados en cuanto a que el desembalse se deba a unas obras o a unas pruebas, porque, explica Belmonte, «de una forma u otra, cuando el agua empiece a llegar desde el Júcar al Vinalopó, el trasvase estará en marcha. Hay que hacer las cosas como mandan las leyes y el sentido común; todos tenemos problemas con el agua, pero no permitiremos que pase ni una gota si no se respeta la ley».
12.000 hectáreas
Según informó el propio Gobierno de la Comunidad Valenciana, durante una visita a las obras de conexión y regulación del postrasvase Júcar-Vinalopó, la consejera Maritina Hernández indicó que «con el vaciado de la balsa de San Diego van a poder regar alrededor de 16.000 agricultores y una superficie de 12.000 hectáreas de cultivos», lo que sucederá, anunció, «a partir del mes de septiembre».
La primera reacción política en Castilla-La Mancha ha llegado por parte del secretario regional del PSOE, Emiliano García-Page, quien ha pedido al Gobierno regional, y en concreto la presidenta, María Dolores Cospedal, un posicionamiento «firme» en la defensa de los intereses de la región en materia de agua: «O nos plantamos y Castilla-La Mancha defiende su agua o por lo pronto vamos a tener unos años graves en el caudal de la mayoría de los ríos de la región».