La Federación Nacional de Comunidades de Regantes sigue negociando con el Gobierno una solución al problema de la subida eléctrica y le ha pedido que, al menos, aplace tres meses el incremento de la tarifa para la agricultura que entró anteayer en vigor y que provoca aumentos medios del 30% en las comunidades de regantes de la provincia, veinticinco puntos más que el aumento oficial.
Alicante tiene en explotación 125.000 hectáreas de regadío que consumen de media 5.000 metros cúbicos de agua al año con un coste energético de 0,10 céntimos de euros por cada metro cúbicos -más de 60 millones de euros anuales-. Los regantes esperan que si se logra un acuerdo sobre las tarifas éste se aplique con carácter retroactivo.
La agricultura provincial es uno de los sectores económicos más consumidores de energía debido a que necesita mucha electricidad para extraer el agua subterránea y, por otro lado, porque se trata de una agricultura muy modernizada «y el riego por goteo también consume mucha luz», subrayaron desde la Federación. De ahí que los cambios tarifarios que entraron en vigor el martes afectan directamente a la economía de las 50.000 familias que se dedican directamente a la agricultura.
La energía eléctrica representa actualmente el 80% de los costes del agua, de ahí que la desaparición de la tarifa especial para el regadío puede sumir al sector en el caos al entrar en un escenario bien diferente, por ejemplo, al de 1998 cuando comenzó a liberalizarse de forma escalonada el mercado eléctrico español y se lograron precios muy competitivos. Los agricultores ven en los cambios una vuelta de tuerca más a la que sufrieron el 1 de enero, cuando se convirtieron en temporada alta para el sector eléctrico los meses de junio y julio que es cuando más se riega por el calor y para evitar la evaporación de los cultivos. Con la desaparición ahora del denominado mercado libre las comunidades de regantes van a ver crecer la factura eléctrica y muchas van a ver comprometidos, incluso, sus proyectos de modernización al no haber incluido este aumento de costes. Además, y según fuentes de la Federación, el sistema actual obliga a los agricultores a contratar la potencia para todo el año, sin la opción de hacerlo en dos periodos anuales, algo que vuelve a ir en contra de las necesidades de las comunidades de regantes que requieren mucha energía en los meses de abril, mayo, junio, julio, agosto y septiembre y ni un watio el resto del año