Se negoció con el Gobierno un real decreto que no se ha publicado

A. F. C / SEVILLA.

Día 07/03/2011

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A punto de comenzar la temporada de riego, los agricultores aún no disponen del contrato de temporada que les permitiría paliar el altísimo coste que supone la factura eléctrica en las explotaciones de regadío. Por ello, las organizaciones agrarias Asaja, Coag, UPA y las Cooperativas Agroalimentarias han firmado una carta conjunta dirigida a la ministra de Agricultura, Rosa Aguilar, en la que le instan a «liderar la defensa del Real Decreto sobre Contratos de Temporada, con el fin de que pueda ser publicado lo antes posible y podamos llegar a tiempo para reducir los costes fijos en la factura de riego».

En el documento que han hecho llegar a la ministra le recuerdan que fue tras la reunión en 2009 con el presidente Zapatero, y a instancias de éste, cuando se inició un proceso de diálogo con el sector agrario en el que se enmarcó una negociación sobre las tarifas eléctricas para el regadío. «En el marco de esas negociaciones se cerró un borrador de Real decreto sobre Contratos de Temporada que venía a paliar parcialmente -dicen- el agravio comparativo que tienen los regantes respecto al resto de usuarios por sus bajas tasas de utilización de la energía eléctrica a lo largo del año, lo que hace que el término de potencia tenga un peso desmesurado respecto a otros usuarios».

Asimismo, las organizaciones agrarias y las cooperativas se quejan de que el borrador sufrió todos los trámites necesarios antes de su publicación salvo el de pasar por la Comisión Delegada de Asuntos Económicos y aseguran que no pueden entender como un real decreto que cuenta con el apoyo del Ministerio de Agricultura y con el del Ministerio de Industria «no se ha publicado todavía, más cuando estamos a escasos días de iniciar en muchas zonas la nueva temporada de riego».

En este sentido, explican que «la subida del término de energía y de los diferentes peajes es una realidad que estamos sufriendo día tras día y que, en nuestra opinión, sólo puede ser enfrentada y anulada mediante una apuesta decidida por la generación de energía distribuida en los regadíos».