El trazado original del Júcar-Vinalopó es irrenunciable para los regantes alicantinos. Sin embargo, las actuales condiciones del agua en la desembocadura del Júcar podrían favorecer el escenario que plantean los potenciales usuarios, y que pasa por recuperar la toma original aunque supeditada a la actual.
Tal como ha venido publicando ABC, la Junta Central de Usuarios del Vinalopó hizo llegar en los últimos meses del Gobierno socialista una nueva oferta de entendimiento a la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) y el Ministerio: recuperar la toma de Cortes de Pallás (lo que supondría una inversión de unos 60 millones de euros) a cambio de aceptar que, siempre que la calidad del agua lo permita, el trasvase se realice desde la desembocadura, en el azud de la Marquesa.
Un escenario que, a día de hoy, no resulta descabellado. Según el último análisis de la Confederación, la calidad del agua en la toma del Júcar-Vinalopó permitiría en estos momentos destinar dicho caudal a regar prácticamente cualquier cultivo, según los parámetros de calidad establecidos por la Directiva Europea del Agua. El principal freno para el uso del trasvase actual, al margen de la salinidad del agua, era la elevada presencia de bacterias coliformes en suspensión. Una situación que, gracias a los tratamientos llevados a cabo en el río, ha cambiado sensiblemente.