El Ministerio de Medio Ambiente quiere eliminar las «antiguas» infraestructuras de cemento que «obstaculizan» los ríos.
Serán destruidos los diques, muros, escolleras, azudes, centrales hidráulicas e incluso embalses que el Gobierno considere que no se utilizan lo suficiente o que «perturban el equilibrio de los ecosistemas».
Así lo ha anunciado la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, tras inaugurar una jornada en Madrid sobre la restauración de los ríos que está llevando a cabo su departamento.
Esta medida, que los grupos ecologistas llevan años reivindicando, se pondrá en marcha con el objetivo de apostar por unos «unos ríos cada vez más vivos», lo menos regulados y canalizados posible.
«En España existe todavía, de manera muy amplia, una inercia a creer que los ríos no deben llegar al mar y que, cuando llegan, se está tirando el agua. Hay que cambiar esta forma de entender los ríos y debe haber caudales suficientes para mantener esta vida», ha dicho Narbona.
Narbona admite que España tiene «pocos cauces fluviales bien
Su Ministerio apuesta, en definitiva, por ‘desencorsetar’ los ríos para que fluyan libremente, en la línea de lo que defiende la denominada nueva cultura del agua.
Narbona no ha podido calcular el número de infraestructuras o las áreas que se verán afectadas por esta iniciativa, "porque hay que ver si algunos azudes o pequeños embalses se pueden usar".
Sin embargo, ha adelantado que ya hay estudios "en curso" en relación a la cuenca del Tajo.
En esta cuenca se encuentra el embalse toledano de Finisterre, que Ecologistas en Acción lleva años pidiendo que se elimine. "Es la obra más grande y la más inútil. No funciona para nada y no recoge agua porque se calculó mal en su día", ha explicado a elmundo.es Santiago Martín Barajas, de Ecologistas en Acción.
En el marco de esta Estrategia Nacional de Restauración de Ríos, en la que se invertirán 1.500 millones de euros, Medio Ambiente también quiere que los tramos de río más valiosos se declaren "reservas fluviales" y se contemplen y se protejan como tales en los planes de cuenca.
Medio Ambiente cree que el Segura lleva demasiadas aguas residuales
Por otro lado, la ministra ha reconocido que "España tiene pocos cauces fluviales bien protegidos".
Aunque no ha querido precisar qué cuencas son las que se encuentran en peor situación, ha apuntado que los ríos del norte, a pesar de que son más caudalosos, tienen "más problemas de contaminación" que los ríos "de la España seca".
En este sentido, ha recordado que "no es casual que el primer acuerdo del Plan Nacional de Calidad de las Aguas fuera firmado con Asturias".
Narbona también ha asegurado que "en el sur de España, el problema es un exceso de regulación" que provoca que "llegue al mar una escasa cantidad de agua".
Así, la ministra citó el Segura –según Santiago Martín Barajas, «el peor río de España»– como ejemplo de modelo fluvial cuyo "caudal que llega al mar es poco natural".
"También lleva muchas aguas residuales", ha añadido Narbona. La ministra ha insistido en que la contaminación "es un problema de todas las cuencas y de todas las administraciones". De hecho, Medio Ambiente sólo se encarga de la gestión de los ríos que transcurren por más de una comunidad autónoma.