Los miembros de la Mesa del Agua recibirán la Medalla de Oro de Castilla-La Mancha convencidos de que han cumplido su deber en defensa de los intereses de la comunidad y reforzados en su convicción de que «hay que seguir luchando» por el agua y por fortalecer la conciencia ciudadana sobre esta materia.
«Toca seguir defendiendo lo mismo de siempre: el agua para Castilla-La Mancha», explica a Efe el presidente de la Confederación de Empresarios de la región (Cecam), Ángel Nicolás, mientras que Carlos Pedrosa, secretario regional de UGT, promete: «vamos a seguir peleando».
En términos similares a Nicolás y Pedrosa se expresan, consultados por Efe, José Luis Gil (CCOO), José María Fresneda (Asaja), José María Oñate (Coag-Ir) y el rector de la UCLM, Ernesto Martínez Ataz.
Ellos son parte sustancial de la Mesa del Agua, un órgano creado en 2005 a partir de la firma del Manifiesto del Agua y en el que también están presentes las Cámaras de Comercio, las diputaciones provinciales y la Federación de Municipios y Provincias.
Tras cuatro años inactiva, tuvo su primera reunión en junio de 2009 con motivo de la manifestación en defensa del agua de Talavera de la Reina, y ha intensificado su trabajo con tres reuniones más durante los últimos esfuerzos realizados por aprobar la reforma del Estatuto de Autonomía regional.
De hecho, algunos de sus miembros han desvelado que pidieron al presidente de la comunidad autónoma, José María Barreda, que no cediera más y retirara el texto, como así hizo.
Los miembros de la Mesa del Agua agradecen con orgullo que el Gobierno les conceda la máxima distinción de la comunidad por una labor desempeñada «con responsabilidad», según Ángel Nicolás, porque, con independencia del resultado, afirma, «siempre hemos estado ahí».
José Luis Gil opina que no han hecho nada excepcional, pero sí «algo noble», actuar «con altura de miras» en defensa de los intereses generales y pese «a las presiones» que cada uno ha recibido.
La Medalla, a juicio del Ernesto Martínez Ataz, supone «un reconocimiento a la labor realizada en defensa de unos recursos hídricos necesarios y suficientes para garantizar el desarrollo sostenible de Castilla-La Mancha ahora y en el futuro».
«Es un reto y un acicate para seguir trabajando», agrega Carlos Pedrosa, mientras que José María Oñate dice estar orgulloso de haber contribuido a hacer «el trabajo que esta tierra merece que se haga» y valora que todos representantes sociales hayan coincidido en que «lo que realmente necesita la región para desarrollarse es el agua».
Ahora, frustrado el intento de reforma estatutaria, toca mirar al futuro, en el que -asevera José María Fresneda- Asaja peleará por lo mismo que ha reivindicado «los últimos treinta años»: más agua, más regadíos, más infraestructuras y el desarrollo del Plan Especial del Alto Guadiana.
Nicolás promete no cejar en el empeño y advierte: «Seguiremos en la misma lucha; que nadie nos venga a decir cuánta agua tenemos que consumir».
En la misma línea, Pedrosa reclama «continuar haciendo lo que se ha hecho desde el primer día: seguir peleando por los derechos de Castilla-La Mancha en un asunto tan importante para el presente y el futuro de la comunidad autónoma».
La cuestión, a juicio de José Luis Gil, es que Castilla-La Mancha reciba el mismo trato que el resto de las comunidades autónomas en materia de agua, algo que hasta el momento -lamenta- no ha ocurrido con ningún gobierno.
El rector, por su parte, cree que la sociedad debe seguir trabajando para garantizar que quedan cubiertas las necesidades de agua de la región, para lo que la Universidad de Castilla-La Mancha «seguirá aportando el conocimiento, desde el punto de vista técnico y científico, para contribuir a la toma de decisiones en el uso racional del agua».
Oñate y fija entre los retos del futuro lograr «que el sentimiento de región que tienen otras comunidades vecinas, como Murcia y la Comunidad Valenciana, se sienta de la misma manera en Castilla-La Mancha».
«Que los castellanomanchegos no estemos divididos en la opinión y defensa de nuestros intereses porque el agua es futuro, desarrollo y economía, y la región lo necesita», añade el dirigente de Coag-Ir, quien sostiene que «el agua es cristalina y no tiene color político» y que el «futuro está en la unidad y no en la división».
También a José María Fresneda le gustaría «desvincular» el agua de los debates partidistas, pues tiene la convicción de que reivindicar el agua para Castilla-La Mancha es un objetivo «de toda la sociedad».
Ángel Nicolás, tras sus desavenencias con la dirección del PP, expone que los empresarios «nunca» han criticado a ningún partido y añade: «seguiremos diciendo lo mismo; somos independientes y nuestras ideas a veces gustarán a unos y otras veces a otros».
Sí critica la actitud del PP José Luis Gil, quien le responsabiliza de que la reforma estatutaria no haya salido adelante y lamenta lo que a su juicio ha sido una cesión ante intereses de otras regiones.
Coinciden todos los miembros de la Mesa del Agua en que gracias al debate estatutario ha crecido en Castilla-La Mancha la conciencia ciudadana sobre la importancia del agua, aunque Fresneda desea que esa sensibilidad aumente «mucho más» y alcance niveles que existen en otras comunidades autónomas.
A juicio de Gil, ha sido «la falta de respeto» que ha sufrido Castilla-La Mancha la que ha hecho crecer la conciencia sobre el agua y el «sentimiento identitario de ser castellanomanchego», mientras que, para Pedrosa, el Estatuto «al menos ha servido para poner en el candelero, en el centro del debate, una prioridad de primera magnitud, como es el agua».
En este sentido, Martínez Ataz pone de manifiesto la importancia de la Mesa del Agua para favorecer la concienciación ciudadana sobre la importancia del agua y dejar patente la trascendencia de los recursos hídricos para el desarrollo socioeconómico de la región.