La adjudicación de obras mediante las que se abastecerá a no menos 26 municipios de la provincia de Cuenca del entorno del Acueducto Tajo-Segura y la firma ayer del convenio que permitirá la adjudicación en los próximos meses del Plan de Desarrollo Sostenible de los municipios ribereños son dos noticias que, según destacó ayer el portavoz del Grupo Socialista en las Cortes regionales, José Molina, «rematan muy bien» este año y la presente legislatura.
Una legislatura que, en materia de agua, afirmó que la región ha vivido un cambio «como de la noche al día», al pasar de las «buenas palabras y de algunas cuestiones bien conseguidas en planes hidrológicos, pero donde no había ni un duro encima de la mesa, a las obras» de infraestructura hidráulica previstas.
Como ejemplo, remarcó que el 88 por ciento de las 56 actuaciones previstas en el denominado Acuerdo del Agua alcanzado el 14 de marzo de 2005 entre el presidente regional, José María Barreda, y la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, están en algún nivel de tramitación, muchas de ellas terminadas, la gran mayoría en ejecución y otras adjudicándose o firmándose el convenio para su adjudicación. Según Molina, ese fue un acuerdo «sin precedentes y de enorme trascendencia» para la región y por ello criticó el «desconcierto del PP, que en todos estos meses se ha dedicado a cuestionar el propio acuerdo y su valor». A su juicio, esta reacción «sin duda alguna» fue motivada por la «mala conciencia» de los ‘populares’ al ver cómo un Plan Hidrológico Nacional que tenía aprobado un anexo segundo con un «importante volumen de inversiones», en los años de Gobierno de Aznar «prácticamente no se invirtió un solo euro y hubo niveles de ejecución absolutamente ridículos en esa materia».
Centrándose en la adjudicación de obras a Hidroguadiana para abastecer a unos 26 municipios conquenses del entorno del Acueducto Tajo-Segura, por un importe cercano a los 25 millones de euros, consideró que ésta es una obra «emblemática» porque supone corregir una de las mayores «injusticias» históricas, ya que muchos de los pueblos que veían pasar por delante el agua del trasvase hacia el Levante se quedaban «sin una gota de agua». Con esta actuación, los habitantes de la zona tendrán garantías de abastecimiento de agua en calidad suficiente, aseguró, ya que hasta ahora se abastecían de acuíferos sobreexplotados.
En cuanto al convenio sobre el Plan de Desarrollo Sostenible del entorno de los municipios de Entrepeñas y Buendía, explicó que también persigue corregir «injusticias históricas» con los pueblos de la cabecera del Tajo.
Dos obras, éstas, que, en su opinión, ponen de manifiesto que «obras son amores y no buenas razones» y no tienen «nada que ver con alguna denuncia que se hacía anteayer, muy exagerada, cuando se decía que el agua del trasvase irá para un desarrollo urbanístico desmedido», apuntó.
Ecologistas. Ante dicha denuncia, expresada por Ecologistas en Acción, Molina argumentó que si el agua del Tajo-Segura fuera destinada a un desarrollo urbanístico desmedido «Castilla-La Mancha sería la comunidad más poblada de toda España».