La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, aprovechó ayer su presencia en una conferencia sobre el cambio climático organizada por CC.OO. en Valencia para arremeter por enésima vez contra el trasvase del Ebro.Así, Narbona aseguró que si se hubiese llevado a cabo la transferencia, su construcción y funcionamiento hubieran supuesto «más emisiones de CO2 que veinte plantas desalinizadoras juntas». En este sentido, indicó que «muchos ciudadanos» no saben esto y que «miran el mapa» y «piensan en un trasvase desde el Ebro hasta Almería» creyendo que «el agua circula sola por el tubo», por lo que afirmó que «es bueno que la gente sepa que un trasvase requiere consumo de energía».
La representante del Ejecutivo de Rodríoguez Zapatero se pronunció de este modo al ser preguntada por la encuesta sobre cambio climático encargada por la Generalitat que indicaba que el 73,6 por ciento de los valencianos cree que antes de construir desaladoras es mejor optar para conseguir agua por otras soluciones que emitan menos CO2.
Cristina Narbona consideró que el porcentaje «demuestran que los valencianos creen que el trasvase no producía CO2» y subrayó, en esta línea, que «transportar mil hectómetros cúbicos de agua por 900 kilómetros de tubería, con alturas en algún caso de hasta mil metros por encima del nivel del mar, hubiera comportado un consumo de energía superior al de veinte plantas desalinizadoras y, por tanto, una emisión de CO2 superior a veinte plantas desalinizadoras juntas».
Respuesta de la Generalitat
El consejero de Medio Ambiente de la Comunidad Valenciana, José Ramón García Antón, salió ayer al paso de las de estas declaraciones y acusó a la ministra Cristina Narbona de dar «información falsa y errónea». Según García Antón, «para producir un metro cúbico de agua desalada hacen falta cuatro kilowatios y para traer un metro cúbico de agua del trasvase del Ebro harían falta dos kilowatios», por lo que la desalación contamina «al menos el doble» que el trasvase. El consejero consideró que la ministra querría que a los valencianos «sólo» les llegara la información que se da desde el Gobierno central, una información «errónea que a lo largo de cuatro años se ha visto que no ha valido de nada». Así, recordó que, al inicio de esta legislatura, ya se debatió sobre la energía que requiere un metro cúbico de agua desalada y la que necesita el trasvasado, algo que, a su entender «está muy claro», puesto que «para producir un metro cúbico de agua desalada hacen falta cuatro kilowatios y para traer un metro cúbico de agua del trasvase del Ebro harían falta dos kilowatios», insistió.Además, apuntó que la desalación «no sólo» consume una energía para producir el agua desalada, sino que también «hay que llevarla desde la costa -donde se produce- hasta el interior -que es donde se necesita para su consumo- y «ahí hace falta casi un kilowatio más para trasladarla, con lo que, en total, un metro cúbico de agua desalada necesitaría cinco kilowatios poderse utilizar», aseveró. Como consecuencia, la desalación produce «al menos el doble» de contaminación y consumo energético que el trasvase del Ebro. A esto «hay que añadir la salmuera, que produce un efecto perjudicial en muchas zonas del litoral», advirtió.