El abastecimiento está garantizado, al menos de momento. Este es el mensaje que repitieron ayer desde la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, hasta el presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar, Juan José Moragues. Narbona fue la primera en desdecir a su segundo, el director general del Agua, Jaime Palop, que dijo que habría restricciones en unas declaraciones recogidas por la Agencia EFE el pasado domingo. Exactamente dijo que salvo que se registraran unas precipitaciones absolutamente excepcionales, “no se podrán cubrir las necesidades básicas de abastecimiento de ciertas poblaciones”. Sin embargo, Palop rectificó ayer asegurando que una agencia “había malinterpretado” sus declaraciones recogidas por varios medios de comunicación.
Las palabras del director general del Agua generaron alarma entre la población valenciana. Por ello, Narbona salió en seguida al paso de las declaraciones de Palop y dijo: “En absoluto el Ministerio prevé problemas en el abastecimiento, porque es la prioridad, y la incidencia de la sequía ha sido y se mantiene con más dureza en la actividad agraria, en los regadíos”.
Narbona, tras una reunión que mantuvo con el titular polaco de Medio Ambiente, introdujo, sin embargo un pequeño matiz, ya que aseguró que se puede seguir manteniendo el abastecimiento “en estos momentos”. Un matización parecida fue la que realizó el director general del Agua en declaraciones a LAS PROVINCIAS. Según el alto cargo del Ministerio, el abastecimiento en las cuencas del Júcar y del Segura está “prácticamente garantizado”.
También el presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar, Juan José Moragues, aseguró durante su visita a la balsa de San Diego (tramo VII de la conducción Júcar-Vinalopó) en Villena que desde el Ministerio se trabaja para garantizar que este año no haya restricciones en el abastecimiento público, lo que supondrá “un esfuerzo duro”.
Lo que sí parece seguro, y así lo dejaron claro los tres, es que los grandes perjudicados por la escasez de agua en los pantanos serán los agricultores de la Comunitat y de Castilla-La Mancha. Si el pasado año las restricciones llegaron a ser hasta del 60% en los cultivos tradicionales del Júcar, este año, según anunció Palop, “van a ser mayores. Los usos prioritarios son el abastecimiento humano y el medioambiental, a costa de la agricultura”. El director general del Agua garantizó sin embargo los riegos de socorro.
Desde el Ministerio de Medio Ambiente se trabaja con la hipótesis de que desde ahora y hasta que llegue la época estival, la más seca del año y donde además se consume un mayor volumen hídrico por el riego y el turismo, llueva lo suficiente para aliviar la actual sequía. Esta situación “seguro que mejorará”, aunque “lentamente”, dijo Moragues.
También se mostró optimista Palop, que aseguró que el final de la sequía podría llegar en cualquier momento. “En 1996, los embalses se recargaron en poco más de un mes”.
Entre las soluciones, Narbona invitó a “aprovechar al máximo las posiblidades normativas del intercambio de derechos de agua”, los llamados bancos de agua, que están a punto de ser reEl conseller de Infraestructuras, José Ramón García Antón, calificó ayer de “irresponsable” la política del Gobierno central al anunciar restricciones de agua cuando la situación de la cabecera del Tajo y del Segura, pese a la sequía, es mejor que el pasado año.
García Antón criticó “la falta de una política única por parte del Gobierno, que viene a demostrar que no tiene un objetivo claro en materia hídrica”. Se refirió así a las discrepancias entre las declaraciones del director general del Agua el pasado domingo y las que vertió ayer la ministra de Medio Ambiente, en las que garantizaba el suministro hídrico. Sus palabras “contribuyen a demostrar la inconsistencia de un partido que en cada sitio es capaz de defender una cosa distinta”.gulados por una ley.