La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, ha pedido a los ayuntamientos y las comunidades autónomas que restrinjan el agua potable exclusivamente para consumo humano y empleen agua depurada para otros usos, como el riego de calles o los campos de golf.
Durante su intervención en la inauguración de una Jornada sobre la reutilización de aguas depuradas y una posterior rueda de prensa, junto a la ministra de Agricultura, Elena Espinosa, Narbona ha señalado que en España solo se usa algo más del 10 por ciento del agua depurada (entre 400 y 450 hectómetros cúbicos), principalmente en la Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía.
Ha destacado que las actuaciones del Gobierno permitirán triplicar la actual capacidad de reutilización en 2015, hasta los 1.200 hectómetros cúbicos, una cifra aun alejada de países como Israel, donde se utiliza el 70 por ciento.
La titular de Medio Ambiente ha citado a la Comunidad de Madrid como «un buen ejemplo de lo que queda por hacer», ya que dispone de agua depurada suficiente para multiplicar por diez el uso de la misma, pero ha recordado que se trata de una decisión que está en manos del gobierno regional y del ayuntamiento.
Así, ha insistido en que todas las administraciones públicas deben tener en cuenta «la imperiosa necesidad» de reducir el consumo de agua potable y aumentar el uso del agua depurada.
Narbona ha explicado que para incrementar la reutilización de aguas depuradas, además de disponer de este recurso, hacen falta normas y decisiones en el ámbito del urbanismo y de la ordenación del territorio, que son competencia de los ayuntamientos y las comunidades autónomas.
Por su parte, la ministra de Agricultura ha destacado la «fuerte» apuesta de su Ministerio por el agua depurada, que constituye «una gran oportunidad para nuestros regadíos», que consumen algo más del 70 por ciento de los recursos hídricos.
Ambas han subrayado la importancia del Real Decreto para la Reutilización de Aguas Depuradas, aprobado el pasado mes de diciembre, que define el concepto de reutilización, introduce la denominación de aguas regeneradas, determina los requisitos necesarios para llevar a cabo la actividad de utilización de aguas regeneradas.
Además, incluye disposiciones relativas a los usos admitidos y exigencias de calidad precisas en cada caso.
El director de Salud Pública del Ministerio de Sanidad y Consumo, Manuel Oñorbe, presente también en el acto, ha explicado que a raíz de esta norma todo uso de aguas residuales regeneradas quedará supeditado a las autoridades sanitarias competentes, lo que es «muy tranquilizador para la población».