Ni los Roca ni la presión social acaban con los robos en el campo

El campo ciudarrealeño vive unas semanas (desde mediados de agosto, en parte porque hay mucha gente vendimiando) de tensa calma tras un nuevo repunte veraniego del fenómeno que más daño está haciendo desde la gran sequía de los noventa: los robos en explotaciones y casas de labor.

En realidad no es del todo así. A falta de datos oficiales sobre el número de denuncias que la Delegación del Gobierno es reacia a facilitar, quedan las opiniones de los agricultores vinculados a la organización más beligerante contra el problema, Asaja, que admiten cierto retroceso en algunas comarcas, las más pobres, compensado con creces con lo que ha sucedido en las ricas zonas de regadío sobre el acuífero 23.Así, en el eje formado por Alcázar-Tomelloso-Socuéllamos, y el resto de poblaciones del este provincial, “el verano ha sido catastrófico, con más robos que nunca”, afirma rotundo Agustín Apio, presidente de la comunidad general de regantes del acuífero 23 y agricultor de Tomelloso la población que posiblemente con Socuéllamos se está viendo más sacudida, de hecho a principios de verano se creó una plataforma de agricultores para ayudar a los equipos Roca de la Guardia Civil (actúan desde septiembre del año pasado), y ni por esas.

“Podemos estar hablando de que sólo entre finales de junio y sobre todo en julio [en plena temporada de riego] han podido robarnos unos 200 motores en estos pueblos”, señala Apio, que hace hincapié en el otro gran problema que conlleva que te roben, “no es lo que se lleven, sino los daños tan tremendos que provocan”.

“Puede que los robos a nivel general hayan descendido pero aquí no”, mantiene, y comenta que las bandas, “porque esto es cosa de grupos organizados”, actúan con total impunidad, “a un compañero le robaron un motor a las cuatro de la tarde, en un pequeño descanso”.

Apio, miembro de esa plataforma de agricultores constituida en junio dentro de lo que se llamó “el espíritu de Tomelloso”, entiende que hay que cambiar la forma de actuar y endurecer el Código Penal, “robas, te detienen, y hasta que salga el juicio puedes seguir robando, yo creo que muchos piensan eso”, opina.

Angel Bellón, presidente de Asaja en Membrilla, explica que en su comarca han notado menos casos que en años anteriores, “pero robos sigue habiendo. Hace poco en Daimiel robaron unos arados del cuadro de un tractor, por lo que mucha gente lo que está haciendo es soldarlos para que no se los lleven”.

Bellón también se queja de otro tipo de delincuente, “el vecino que va con una garrafa a cogerte gasoil, la batería o lo que pille…y estos no son bandas de extranjeros”.

Desde el Campo de Montiel, Pedro Plaza, portavoz de Asaja en la zona y miembro de la directiva provincial reconoce que allí están “más tranquilos”. Hubo más robos hace unos años por lo que “mucha gente ya ha asegurado sus casetas de labor, no nos queda otra”, “el problema se ha ido sobre todo a la zona rica de regadío del acuífero 23”.

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