Recientemente los regantes del Júcar mantuvieron una reunión con el consejero de Ordenación del Territorio y Vivienda, Julián Sánchez Pingarrón, para establecer los criterios que debe contener el Plan Hidrológico del Júcar, para lo que desde el Gobierno regional se hará con el consenso de todos los usuarios y agentes sociales implicados. Hay que tener en cuenta que el ámbito concreto de la cuenca hidrográfica del Júcar es de especial importancia para Castilla-La Mancha puesto que más 70 por ciento del territorio de dicha cuenca está en la región y su futuro debe tener una especial relevancia en la reforma del reforma del Estatuto de Castilla-La Mancha, actualmente en tramitación en sede parlamentaria en el Congreso de los Diputados y por encima de cualquier enfrentamiento político o de territorios deberá con una estratégica que garantice las necesidades presentes y futuras de la región.
Otro de los puntos que deberían ser tenidos en cuenta en el seno de este proceso de revisión del Plan Hidrológico del Júcar, es la elaboración de las normas de explotación en el sistema Júcar, y una vez elaboradas y aprobadas debe tenerse en cuenta su obligado cumplimiento. Se debe recordar que estos procesos de revisión coincide con la aplicación de la Directiva Marco del Agua que ha supuesto un cambio en la forma de abordar la planificación hidrológica derivada de la necesidad de proteger, a largo plazo, las masas de agua a través de una gestión sostenible, asegurando el mantenimiento de los caudales ambientales. Por eso conjugar todos estos usos y necesidades y equilibrarlos con los recursos disponibles hace imprescindible una adecuada planificación y gestión integrada del agua, para lo que es necesario hacer un balance de los recursos y de las demandas de cada cuenca hidrográfica, para ver si los recursos generados son suficientes para cubrir las demandas de la propia cuenca hidrográfica y qué sobrantes hay para atender las demandas de otros usos y demandas fuera de la cuenca hidrográfica. Si olvidar que los caudales ecológicos en este nuevo proceso de planificación, no se consideran un uso, sino una restricción y como tal constituye una importante limitación a la disponibilidad de recursos.
Está claro pues que nos encontramos ante un importante reto, ya que una vez que se apruebe el Estatuto de Castilla-La Mancha se habrá tenido que reflejar estas necesidades hidrológica que son imprescindibles para el futuro desarrollo económico y social de nuestra comunidad autónoma.