Ya no se acuerda nadie cuando Aznar dijo: «¿Hay una España húmeda y una España seca!» y a última hora se acuerda del Tajo-Segura y el Trasvase del Ebro y el Plan Hidrológico Nacional, si se hubiera acordado al principio de su legislatura en ocho o doce años se habría trasvasado agua del Ebro; pero los votos son los votos y no interesaba incomodarse con los aragoneses y catalanes.
No hagamos demagogia con el ¿Agua para Todos!. Ya escribí en su día en la prensa que el agua no entiende de límite ni fronteras políticas, por ser un bien natural de derecho público y no privado, estando privatizado el Ebro por la Comunidad de Aragón y de Cataluña. Sea el partido y gobierno de turno, el Segura estará más seco cada día a no ser que saquemos a la Virgen de la Fuensanta en procesión y San Pedro nos envíe agua.
Recuerdo que una vez vino Santiago Carrillo y vino un diluvión, exclamó: «¿Os traigo agua!», un poco más y nos ahogamos.
En las últimas elecciones, Felipe González en el Auditorio frente al Centro Comercial Continente apoyó el proyecto de canalizar y trasvasar las principales cuencas de España, Duero, Guadalquivir, Tajo y Ebro, los excedentes de los recursos acuíferos a los deficitarios. España somos todos y no unos cuantos Reinos de Taifas.
Juan Romero Díaz