Las condiciones atmosféricas de este otoño han sido opuestas en la vertiente mediterránea y la España interior. Octubre fue muy lluvioso en la Comunitat Valenciana, pero seco en las comunidades del interior peninsular, por lo que las precipitaciones recogidas, al producirse en el curso inferior de los ríos que nutren a la cuenca del Júcar, no han permido un aumento de las reservas de agua. Y noviembre ha sido seco tanto en la zona mediterránea como en el interior.
Respecto a las perspectivas, esta semana puede haber novedades: el Instituto Nacional de Meteorología (INM) prevé un cambio de la situación a partir del próximo jueves, ya que se espera la entrada de sistemas frontales desde el Atlántico, que afectarán de manera especial a la mitad norte de la Península y que pueden dejar cantidades significativas de precipitación en el interior.
En los meses precedentes el problema ha sido que la circulación atmosférica no ha sido del oeste, sino que se ha catacerizado por la entrada continua de vientos marítimos de levante en octubre y de aire muy seco -y frío- del norte en noviembre. Ninguna de estas situaciones ha favorecido las precipitaciones en las cabeceras de los ríos Júcar y Turia, a pesar de que en la costa valenciana haya, en este momento, un superávit pluviométrico. Éste es el caso de Valencia, donde a fecha de hoy los más de 700 litros por metro cuadrado de lluvia acumulada hacen que 2007 sea un año muy lluvioso.
En cambio, el balance de precipitaciones es muy inferior en el curso superior de los ríos de la cuenca, y sería necesario un invierno húmedo para cambiar este escenario. El temor en las confederaciones y el Ministerio de Medio Ambiente se debe a que algunas de las previsiones internacionales, como la que elabora el Centro Hadley, apuntan a un trimestre diciembre-febrero seco.