Europa Press
Las sondas de humedad del suelo permiten ahorrar entre el 20 y el 40% del agua de riego, ya que se puede determinar si se está haciendo un uso eficiente del mismo, si se debe regar una o más veces al día, si los riegos son demasiado largos o cortos, o incluso si se pueden alternar riegos.
Este dato ha sido dado a conocer esta semana en la Casa del Vino de El Sauzal (Tenerife) en una jornada sobre la gestión eficiente del agua de riego en cultivos agrícolas de la mano de Lab Ferrer, empresa especializada en la monitorización del riego en agricultura profesional, y Jorge Zerolo, consultor ingeniero agrónomo representante para las islas de Lab Ferrer y asesor en Cuanto Regar, un proyecto que nace con el objetivo de optimizar la gestión del riego mediante estas tecnologías en Canarias.
Medio centenar de asistentes conocieron de primera mano la tecnología de medición de humedad, potencial matricial, salinidad del suelo y temperatura a través de sondas instaladas en el suelo.
Durante el encuentro, Jorge Zerolo explicó que cuando no se miden las necesidades de agua del cultivo se suele regar en exceso, perdiéndola en profundidad, algo que no detecta normalmente el agricultor. En su opinión, la mejora de la producción es el principal beneficio de esta tecnología de medición, ya que en perfectas condiciones de humedad el desarrollo de la planta es óptimo. Además, permite un ahorro de agua e influye en una mejor respuesta de la planta ante plagas y enfermedades por una mejor fertilización unida normalmente a este sistema de gestión, añadió.
Zerolo auguró un futuro «muy prometedor» de estas tecnologías en la agricultura canaria. «Se trata de adelantarse al futuro. No sólo es una cuestión económica; son tecnologías muy interesantes medioambientalmente. El agua es un recurso limitado y, por tanto, se debe hacer un uso lo más racional posible de ella», señaló en su intervención.
Las sondas de humedad instaladas proporcionan los datos registrados (humedad, dosis de agua aplicada en cada riego, salinidad, temperatura) de modo continuo, conociendo a tiempo real todos los valores.
Éstas se conectan físicamente a un registrador de datos (‘datalogger’) que, dependiendo del modelo, ofrecerá los datos in situ, siendo necesario conectarse mediante un ordenador portatil para su descarga; o vía gprs volcados a un servidor, pudiendo consultarse a distancia a través de un ordenador o dispositivo móvil.
Solo mediante una correcta interpretación de los datos se puede optimizar el agua de riego, de ahí la importancia del servicio de asesoramiento posterior a la instalación de los equipos.
Ahorros de un 30% de agua
Jorge Zerolo avanzó también los resultados de un ensayo realizado con esta tecnología de medición en una explotación de platanera en Las Galletas (Arona), los cuales han permitido registrar ahorros de un 30% de agua. «Tras un análisis de los datos arrojados por las sondas instaladas, pudimos deducir que se optimiza el riego fraccionando la dosis diaria y constatamos que el suelo no era capaz de retener todo el agua en un único riego, por lo que la sobrante se perdía en estratos inferiores», explicó.
Según el experto, este sistema de sondas de humedad es idóneo cuando se parte de un buen diseño del sistema de riego existente en el cultivo y se tiene la posibilidad de ajustar la dosis y frecuencia de riego. La inversión necesaria para instalar una estación de medición oscila entre los 600 y los 2.200 euros, dependiendo de la tecnología elegida.
Por último, afirmó que cualquier cultivo es susceptible de la optimización del riego para convertirse en cultivos de máxima eficiencia: desde la platanera, hasta la vid, frutales, hortalizas, pasando por el césped deportivo, jardines o campos de golf.
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