La consejera de Agricultura de Castilla-La Mancha, María Luisa Soriano, pidió ayer que se incluya en el futuro reglamento que regulará la Política Agrícola Común (PAC) los últimos avances logrados en el proceso de negociación del Ministerio de Agricultura con las autoridades comunitarias.
Soriano realizó estas declaraciones en Madrid, poco después de participar en el Consejo Consultivo de Política Agrícola para Asuntos Comunitarios, en el que el Ministerio de Agricultura y las comunidades autónomas han preparado el próximo Consejo de Ministros de Agricultura de la UE. «España ha logrado cerrar de forma más que satisfactoria los aspectos que más nos preocupaban, como el presupuesto para el período 2020, la limitación de hectáreas con derecho a ayudas o la flexibilidad en las exigencias medioambientales», explicó.
En este sentido, la titular de Agricultura subrayó que el punto de partida de la negociación era realmente malo, porque la propuesta oficial que la Comisión Europea hizo a finales de 2011, ante la «pasividad» de los gobiernos socialistas de Zapatero y Barreda, significaba el desmantelamiento de buena parte del sector agrario de Castilla-La Mancha.
Además, a ello se le sumaba el interés de muchos países en rebajar de forma sustancial los presupuestos para el campo, y añadió: «Eso nos conducía a una combinación de fuerte recorte de fondos y medidas perjudiciales para las explotaciones, lo que habría desembocado en un fuerte receso para un sector económico tan importante en Castilla-la Mancha como el agroalimentario».
Pese a ello, dijo que España ha logrado avanzar muchas posiciones en el seno de la UE gracias al consenso político alcanzado entre el Ministerio de Agricultura y las comunidades autónomas y, en segundo lugar, al esfuerzo negociador del Gobierno.
«un gran vuelco». «Ahora, lo que nos preocupa es que todo ello quede definitivamente reflejado en el nuevo reglamento de la PAC. Se ha dado un gran vuelco ya con las decisiones que se han ido adoptando, pero lo que nos interesa es que definitivamente la Comisión termine por aceptar las propuestas, especialmente aquellas que más nos preocupaban», agregó.
En este sentido, Soriano dijo que, por el momento, ya está despejada la deuda del marco financiero, la casi segura posibilidad de limitar el número de hectáreas elegibles y, finalmente, la flexibilidad en aplicación del ‘greening’, es decir, del pago verde, que era una de las principales preocupaciones de Castilla- La Mancha para que las explotaciones agrarias y ganaderas de la región no perdieran competitividad.
Pese a estos avances, reconoció su preocupación por el sector ganadero, especialmente la ganadería sin tierra, donde España está defendiendo un mayor presupuesto para este sector, aunque expresó su optimismo de que finalmente se alcanzará el objetivo.
«En principio, los agricultores y ganaderos de la región pueden estar tranquilos, siempre y cuando, todo esto se plasme. Ahora mismo, estamos en el principio del final de la negociación y Castilla- La Mancha va a seguir dando la batalla para que la reforma atienda a la singularidad de nuestro territorio. Estamos muy confiados en como están desarrollándose las negociaciones», concluyó.