El sur de la Comunitat, donde la sequía es más acuciante, fue el escenario escogido por los tres grupos parlamentarios para consensuar una propuesta en favor de la llegada de agua de otras cuencas. El pleno de Les Corts que se celebró ayer en Elche, y al que el presidente Francisco Camps no asistió e Ignasi Pla sólo a intervalos, mostró su rechazo a la pretensión de las Cortes de Castilla-La Mancha de poner fecha de caducidad al trasvase Tajo-Segura. El Parlamento manchego quiere fijar en su futuro Estatuto que la compuerta para que llegue agua del Tajo al sur de la Comunitat se cierre en 2015.
El socialista José Antonio Godoy defendió la propuesta de su grupo, que es el que había presentado la proposición no de ley. El PP había anunciado en una de las últimas juntas de portavoces que daría su apoyo al punto del PSPV. Tras comenzar el debate en el auditorio del rectorado de la Universitat Miguel Hernández de Elche, el consenso comenzó a perder el equilibrio. Un último esfuerzo permitió a todos los grupos transaccionar una enmienda en defensa del trasvase Tajo-Segura.
Votar en contra de la propuesta hubiera sido muy complicado de explicar después. Además, los tres grupos partían de la misma premisa: una comunidad autónoma no puede interferir en una competencia que es exclusiva del Estado. El trasvase Tajo-Segura lo gestiona el Gobierno, como así dice la Constitución. El nuevo Estatuto manchego incorpora varios artículos en los que se autotransfiere la gestión de la cuenca del Tajo.
El PP cede
Tanto PP como l’Entesa presentaron dos enmiendas a la iniciativa socialista. Los populares fueron los que más cedieron. El portavoz Rafael Maluenda subió a la tribuna con un argumento de ataque directo al Gobierno central que los socialistas rechazaron. La enmienda del PP pedía a Les Corts que realizaran un llamamiento al Gobierno “para que renuncie a la política de oposición a los trasvases”. El PSPV no quiso ni escuchar la propuesta.
A pesar de que los populares no colaron su texto, Maluenda subió a la tribuna a defender el trasvase del Ebro y el del Júcar-Vinalopó desde Cortes de Pallás. Objetivo cumplido. El portavoz adjunto del PP, tras dar su apoyo a la proposición socialista, reiteró que le “sabía a poco” el contenido de la iniciativa, “pero más vale poco que nada”. De paso, apeló a que en situaciones similares los grupos de la oposición también apuesten por el consenso.
El que sí rascó en la negociación de la enmienda fue l’Entesa. El diputado Joan Antoni Oltra mostró sus cartas desde el principio: el urbanismo. En el segundo punto de la transaccional, Les Corts manifiestan su voluntad de que toda la política urbanística futura “se base en criterios de sostenibilidad ambiental y económica”. Un concepto muy amplio para el PP.
El socialista Godoy subió a la tribuna con el objetivo de pactar. Es el discurso del agua que ahora maneja el PSPV. Ya lo dijo Pla tras sus vacaciones navideñas. “Estoy dispuesto a estudiar esta propuesta”; “hay que apostar por el acuerdo y el pacto” y “es una proposición no de ley suscribible”, fueron algunas de las frases pronunciadas por Godoy allanando el camino para lograr el consenso. Godoy volvió a insistir en los minitrasvases del Ebro a Castellón.
Por otro lado, el vicepresidente segundo y portavoz de la Junta de Castillla-La Mancha , Emiliano García-Page, reconoció ayer que la decisión de recurrir el último trasvase del Tajo al Segura, que aprobó el viernes el Consejo de Ministros, “tiene bases” y en este sentido, el Gobierno regional lo llevará a cabo “en el mismo momento” en que los servicios jurídicos definan “las causas que son posibles” porque además, ya está avanzado.