La reciente aparición de un gran número de peces muertos en el canal de la Lobera, situado entre Albacete capital y La Herrera (concretamente en el paraje situado en una finca del mismo nombre), debido a una brusca disminución del caudal de agua en ese punto, ha sido denunciada durante los últimos días por ciudadanos que pasaron por la zona. La posibilidad de que este hecho pudiera deberse a una extracción de agua en la vega del río Balazote a su paso por esa localidad albaceteña era negada tajantemente ayer por el alcalde, Juan Antonio Cifuentes Jiménez.
Cabe recordar que río Balazote deriva en varios canales artificiales cuando se aproxima a nuestra capital, el canal de la Lobera, el Acequión y finalmente aguas abajo, el canal de María Cristina. Debido al invierno especialmente lluvioso que vivimos este año desde la propia Confederación Hidrográfica del Júcar se estudiaron incluso actuaciones conjuntas con el Consistorio de la capital, a primeros de año, para prevenir posibles avenidas producidas por las lluvias que de forma continuada se registraron durante varios meses consecutivos. Esas actuaciones también se planificaron en el propio río Balazote, llamado también Jardín y Don Juan en otros tramos.
Juan Antonio Cifuentes nos comentaba que esa elevada pluviosidad habría motivado que canales y cauces habitualmente secos fueran ocupados este año por las aguas y, según el regidor, los peces que ocuparan esos puntos mueran al retirarse las mismas, debido a la falta de oxígeno.
Obras de remodelación. «En el término municipal de Balazote se están llevando a cabo actualmente obras de remodelación de regadíos y no se está regando prácticamente, salvo alguna parcela aislada», informaba el alcalde socialista.
El río a su paso por esta población de la comarca de la Sierra de Alcaraz y Campo de Montiel todavía presenta un aspecto inusual para estas fechas con un caudal mucho mayor al habitual, como no se recordaba en las últimas décadas. «Aguas arriba en dirección a El Jardín hay algunos bancales que todavían están encharcados, incluso el río Mirón, que desemboca en el Balazote, todavía lleva agua… ¡ójala estuviera asegurada ese agua para años venideros!», añadía.
Finalmente, Juan Antonio Cifuentes consideraba más que probable que muchos alevines de truchas hayan podido desplazarse este año aguas abajo por el elevado caudal que llevaba el río, llegando a canales y cauces habitualmente secos, quedando los peces atrapados en esos lugares al descender el nivel.