La presidenta de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), María Ángeles Ureña, ha asegurado este miércoles que el agua no será moneda de cambio en negociaciones políticas, en alusión al conflicto sobre la unidad o dispersión de la cuenca del Júcar entre la Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha.
Durante un encuentro con periodistas, Ureña ha considerado que cada parte puede defender sus intereses pero «todos deben ceder» en pro de un objetivo final, que es el suministro en «cantidad y calidad» para todo el Estado.
«Cuanto más alejadas sean las posturas de inicio, más esfuerzos habrá que hacer para llegar a consensos. Es cierto que el tema del agua hace aflorar sentimientos, pero el ministro dejó claro que el objetivo final es que haya agua de calidad y en cantidad«, ha añadido.
En referencia al plan de cuenca, que deberá estar listo antes de final de 2013, Ureña ha explicado que pretende convocar una reunión del Consejo del Agua antes de agosto en el que se abordarán las cuestiones más importantes.
Así, aunque no esté fijada la demarcación de la cuenca, «competencia del Ministerio», según ha explicado Ureña, «se puede seguir trabajando dando pasos previos, analizar cómo está el río, problemas y posibles soluciones». «Confiamos en que el Ministerio lo resuelva pronto y sacar a información pública cuanto antes el plan hidrológico del Júcar», ha agregado.
Preguntada por las plantas desalinizadoras, Ureña ha explicado que si bien «hay pocas en todo el Estado, 17, y falta una inversión de más de 700 millones de euros, las existentes en la cuenca del Júcar aportaráN recursos que se incorporarán al sistema» en una fecha que no ha sido determinada.
Según ha explicado, en la cuenca del Júcar están muy avanzadas las desalinizadoras de Oropesa, Moncofa y Sagunto, con una capacidad de 16 hectómetros cúbicos por año las dos primeras y ocho la última; y en construcción la de Muchamiel, que tendrá una capacidad de dieciocho hectómetros cúbicos anuales, siempre en condiciones óptimas.
En referencia a las obras del trasvase Júcar-Vinalopó, la presidenta de la CHJ ha explicado que esta infraestructura ya está construida aunque no finalizada, ya que está pendiente la conexión de la obra que realizaron Aquamed (del Ejecutivo central) y la Generalitat. De esta conexión depende que se pueda empezar a usar el agua retenida en la balsa de San Diego, que está en fase de pruebas.
«El diálogo con los regantes del Vinalopó estaba roto hasta hace poco, pero les he pedido que piensen que les hace falta el agua y que debemos ser capaces de aprovechar la infraestructura. Es razonable que se use esa agua al menos para regar. Es un reto que se pueda empezar a usar en septiembre y octubre», ha añadido.
Según Ureña, las reservas hídricas de la cuenca del Júcar acumulan unos 1.500 hectómetros cúbicos, un 51% del total, y un 43% por encima de la media de los últimos diez años.
«Estamos en un año seco, las precipitaciones se encuentran un 17% por debajo de la media de los últimos 20 años, pero afortunadamente en los últimos dos ha habido buenas precipitaciones y las campañas de riego se van a desarrollar con normalidad. Ahora bien, pido a los regantes que sean extremadamente rigurosos con el uso del agua», ha señalado.
Preguntada por el trasvase del Ebro, Ureña ha reconocido que, pese a que no es su responsabilidad, «el actual escenario presupuestario no permite grandes obras». Esta carencia presupuestaria afectará también a la presa valenciana del Algar, que carece de compuertas.
Según el comisario de aguas de la CHJ, Javier Ferrer, pese a carecer de compuertas, la presa del Algar «cumple con la función de retención y laminación de avenidas».