Valencia consume un caudal de agua potable de 4,2 metros cúbicos por segundo procedente de los ríos Júcar y Turia, lo que supone un 56% de lo que realmente podría llegar a solicitar.
El concejal del Ciclo Integral del Agua, Ramón Isidro Sanchis, amplió las declaraciones de la alcaldesa apuntando que la ciudad y su área metropolitana tienen derecho a una cantidad de hasta 7,5 metros cúbicos, por lo que rechazó que el proyecto del Parque Central derive en un problema de abastecimiento.
El agua potable que se consume en la ciudad procede de ambos ríos. En la planta de Picassent se depuran 1,8 metros cúbicos, mientras que en la presa de Manises la cantidad es de 2,4.
La ciudad dispone de una concesión administrativa sobre parte del agua del Júcar por un plazo de 99 años (el acuerdo se plasmó en papel en 1974) y sobre parte del caudal del Turia, en este caso, sin fecha de caducidad y que se renueva automáticamente cada 99 años (ya se ha consumido el primer ciclo y apenas se han llegado a los cinco primeros años del segundo).
El concejal quiso destacar que mediante campañas de concienciación ciudadana se ha conseguido reducir el consumo. Igualmente, mediante la red de baja presión, se consigue aprovechar el agua procedente de ríos subterráneos (nivel freático), que pese a no ser apta para el consumo humano, permite que todos los trabajos de baldeo de calles, regado de plantas y jardines o actuaciones de los bomberos se puedan nutrir de los recursos procedentes de los 36 pozos que sacan agua del subsuelo de la ciudad.
“Para la expansión de muchos pueblos no se ha solicitado el informe sobre si existen recursos o no”, se quejó Sanchis, quien contraatacó con un nuevo dato: el 82% del agua que corre por la red se aprovecha. “Somos la ciudad que menos agua pierde por las fugas”, señaló. Según el concejal, la optimización de los recursos hídricos se consigue gracias a la revisión periódica de la red mediante aparatos de última tecnología que detectan las pérdidas de agua por pequeñas que sean. Los colectores transitables son revisados de forma manual.
El Ayuntamiento ha lamentado en las últimas semanas la falta de control sobre los vertidos en el Turia, lo que ha provocado 12 paradas en el proceso de depuración, debido a la necesidad de tratar ese caudal con mayor intensidad para conseguir que sea apto para el consumo humano.
“Realmente, a quien están perjudicando con toda esta polémica es a los vecinos del entorno del Parque Central al retrasarse el proyecto”, concluyó el concejal.